El servicio, aún en período de prueba, está destinado exclusivamente a estudiantes que actualmente se encuentran matriculados en la universidad (esto excluye a exalumnos).
Así pues, para poder conectar con otros estudiantes, el usuario debe unirse a una comunidad universitaria. Esto le permite agregar la universidad y año de graduación a su perfil de unas opciones predeterminadas, y le concede acceso a listas basadas en clases de otros estudiantes que hayan optado por la comunidad.
El servicio está destinado a estudiantes que actualmente se encuentran matriculados en la universidad.
Asimismo, el usuario puede mandar un mensaje directo o ver las historias públicas de los miembros del grupo.
De acuerdo con la información que ha podido conocer la CNBC, para verificar a un estudiante, Instagram utiliza la información que las personas hayan compartido públicamente de su universidad, las cuentas que siguen y otras conexiones.
No obstante, añaden que la función no está exenta de problemas, puesto que uno de sus redactores pudo colarse en uno de los grupos a pesar de estar graduado. En este sentido, la aplicación incide en que se trata de las primeras fases y que cuentan con herramientas para informar del uso inapropiado.
Vuelta a las raíces
Como bien apunta el medio americano, Instagram se ha convertido en el canal de Facebook para atraer a los usuarios más jóvenes. Así, ha incluido nuevas funciones a su plataforma como las famosas Stories, bastante polémicas por su formato tan parecido al de su rival Snaptchat, o la reciente incorporación de los vídeos más largos a través de IGTV.
En cuanto a la nueva característica, enfocarse en un colectivo universitario no solo supone reforzar su estrategia de apelar al público joven, sino de volver a las raíces de Facebook como red social para estudiantes.