El último día de cada año es sin duda un momento clave para reflexionar y revisar los sucesos que han marcado la evolución de la sociedad y, en particular, de un sector tan dinámico como el de las telecomunicaciones y la tecnología.
Bajo el mismo cielo que nos ha traído aguaceros implacables y una DANA capaz de detener, siquiera por instantes, el latido digital de nuestros días, el sector de las telecomunicaciones ha pintado un lienzo lleno de contrastes. La fusión entre Orange y MásMóvil, convertida en la nueva MasOrange, marca un paso audaz para reforzar redes y sumar fuerzas. A la par, la venta de Vodafone España a Zegona sacude de nuevo el escenario, mientras Digi crece con determinación siguiendo los pasos de lo que fue el Grupo MásMóvil. Son pasos firmes en un mercado que no cesa de reinventarse, en medio de la llegada de la nueva Comisión Europea y su afán por orquestar armonía entre innovación y regulación.
"No podemos olvidar las lluvias torrenciales asociadas a la DANA, dejando 232 fallecidos que han puesto a prueba a la sociedad"
Durante este 2024, el mercado español ha vivido cambios trascendentales, pero no podemos olvidar las lluvias torrenciales asociadas a la DANA, dejando 232 fallecidos (hay otros 8 que el Gobierno no relaciona directamente con la DANA) que han puesto a prueba a la sociedad, que ha sabido demostrar que, como decía la leyenda española del baloncesto, Pau Gasol, lo que hace grande a España es la unión de su gente y la pasión con la que afronta cada reto. También se ha llevado al límite a la clase política que, una vez más, no ha sido capaz de responder como se esperaba, y a sectores económicos como el de las telecomunicaciones y la tecnología que sí han demostrado estar a la altura.
Fuera de nuestras fronteras, el planeta continúa como un polvorín con importantes tensiones geopolíticas que van desde la guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza, con la participación de Rusia e Israel. En paralelo, la nueva Comisión Europea se presenta como un factor de impulso y control, en un escenario que transita entre la esperanza y la incertidumbre.
La reconfiguración del mercado telco
La fusión entre Orange y MásMóvil, bautizada como MasOrange, representa una suerte de metáfora de estos tiempos en los que las alianzas y sinergias buscan dar respuestas a la creciente demanda tecnológica. Es un intento por unir lo mejor de dos operadores con el fin de competir en un terreno cada vez más saturado y exigente.
En un solo año, el sector ha visto reformularse la relación de fuerzas entre los operadores tradicionales y los emergentes
Esta unión recuerda la famosa frase “Come together, right now”, popularizada por The Beatles, aunque en el entorno empresarial. En un solo año, el sector ha visto reformularse la relación de fuerzas entre los operadores tradicionales y los emergentes, con la vista puesta en acelerar la expansión de redes 5G y fibra.
Porque mientras MasOrange se prepara para ejercer un papel protagonista, la venta de Vodafone España a Zegona plantea otro escenario de cambios. Aunque la operación no ha tenido el mismo foco mediático que la fusión de Orange y MásMóvil, su impacto va a ser muy destacado ya que la compañía necesita reconfigurar su presencia en el mercado español con una nueva estrategia comercial y muchos cambios, como los que ya se están gestando en la gestión de redes de fibra y móvil (y no nos olvidemos de Vantage Towers).
Queda por ver si estas operaciones desembocarán en planes más agresivos de captación de clientes, o si, por el contrario, se basarán en la consolidación y optimización de servicios existentes. En todo caso, la competencia seguirá siendo feroz, especialmente ante el empuje de Digi, que ha sabido capitalizar la demanda de servicios flexibles y a precios competitivos, logrando un crecimiento constante que, para algunos, simboliza una especie de revolución silenciosa.
La DANA, un ejemplo de resiliencia
Este año está tristemente marcado por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) del pasado mes de octubre ha dejado imágenes difíciles de olvidar: más de 230 fallecidos y otros tantos heridos, inundaciones que convierten calles en ríos, daños materiales valorados en más de 4.000 millones de euros y cortes en el suministro eléctrico.
Las telecomunicaciones y la tecnología no son ajenas a estos desastres naturales. Cada episodio de lluvias torrenciales recuerda la importancia de contar con infraestructuras sólidas y planes de contingencia. El sector ha sabido responder, enviando efectivos para reactivar las comunicaciones en cuestión de días, gestionando y participando en donaciones de material y de dinero y también con la participación de voluntarios.
Las guerras y la cadena de suministro
Existe una antigua máxima atribuida a Esquilao, dramaturgo de la Antigua Grecia, que sostiene que “en la guerra, la primera víctima es la verdad”
Las tensiones bélicas que seguimos viviendo este año, desde la guerra en Ucrania hasta el conflicto en Gaza, han influido de manera sustancial en la economía global y, particularmente, en el sector tecnológico. Existe una antigua máxima atribuida a Esquilao, dramaturgo de la Antigua Grecia, que sostiene que “en la guerra, la primera víctima es la verdad”.
Tal afirmación podría extenderse hoy en día a la estabilidad y al desarrollo de las naciones, pues las guerras no se libran solo en el campo de batalla, sino también en los mercados, en los laboratorios de innovación y en los tableros de estrategias empresariales, pero también en el discurso público y la verdad está siendo un claro objetivo de cada frente.
El rol de Rusia e Israel en esos escenarios de confrontación ha alterado rutas de transporte, flujos de inversión y provisión de materias primas. Al mismo tiempo, la constante pugna comercial entre Estados Unidos y China continúa afectando la cadena de suministro de semiconductores, componentes electrónicos y software, dibujando un panorama en el que la incertidumbre se expande a distintas áreas de la producción tecnológica.
El nuevo rumbo de Europa
La entrada en funciones de la nueva Comisión Europea coincide con el inicio de un periodo en el que se espera una regulación más estricta en materia de soberanía digital, protección de datos y ciberseguridad.
Por un lado, se promueve el despliegue de redes ultrarrápidas que fomenten la competitividad de los países miembros, un objetivo estratégico para la transformación digital. Por otro, existe la determinación de salvaguardar la privacidad de los usuarios y evitar concentraciones excesivas que limiten la competencia. Este equilibrio, en ocasiones delicado, necesita de un enfoque coordinado entre instituciones europeas, Estados nacionales y empresas, ¿será capaz de gestionarlo todo la nueva Ejecutiva?
Un año termina, una nueva oportunidad comienza
Con todo ello, un año acaba y otro empieza, y con él renace la certeza de que cada cambio, por brusco que sea, puede transformarse en un motivo para seguir avanzando. Como sugiere Taylor Swift en “Begin Again”, no hay caída que impida un nuevo comienzo lleno de esperanza. En el sector tecnológico y de las telecomunicaciones, se han visto alianzas que parecían imposibles, mientras los fenómenos climáticos y las tensiones geopolíticas insistían en recordarnos nuestra fragilidad.
"Entramos así en un nuevo año en el que cuidar todas las flores que aún no han florecido, la ocasión perfecta para convertir cada desafío en una semilla de esperanza"
La resiliencia colectiva se ha hecho visible en cada rincón, desde el esmero con el que las redes de comunicaciones han sostenido el pulso del día a día, hasta la fortaleza emocional de quienes no ceden ante las adversidades.
Entramos así en un nuevo año en el que cuidar todas las flores que aún no han florecido, la ocasión perfecta para convertir cada desafío en una semilla de esperanza. La tecnología y la humanidad deben abrazarse con un mismo propósito: avanzar, crear y compartir el objetivo de seguir avanzando. Que este sea el momento de celebrar lo alcanzado y de levantar la vista hacia un horizonte, el 2025, lleno de oportunidades.
¡Feliz Año nuevo y próspero 2025!