El nuevo y potente sistema operativo BlackBerry 10 implementado en los terminales que el fabricante canadiense ha sacado este año al mercado, Z10, Q10, Q5 o Z30, no ha sido un revulsivo suficiente para que la empresa reajuste sus cuentas. Muy al contrario, hoy ha suspendido su cotización en bolsa, en Toronto y Nueva York, como consecuencia de unos resultados trimestrales que registran unas pérdidas de 995 millones de dólares.
Thorsten Heins, presidente de la compañía ha asegurado que se están realizando "cambios operacionales difíciles", los cuales incluyen el despido de 4.500 empleados, un tercio de la plantilla mundial y la reducción del porfolio de seis terminales previstas para 2013 a cuatro.
Hace unos días, el consejero de la compañía y ex presidente de Sony Ericsson, Bert Norberg, realizó unas contundentes declaraciones que permitían augurar las noticias que hoy salían a la luz y consideraba que BlackBerry debía vender parte de sus activos y volver a centrarse en el nicho de mercado que ha dominado durante años: el empresarial; y más concretamente, aquellas compañías y organismos que requieren un alto nivel de seguridad en sus comunicaciones.
Así mismo, Antonio Reyes, director de BlackBerry España, salió hace unas semanas al paso de los rumores de venta existentes y explicó que "con un sistema operativo tan potente como el desarrollado en Canadá, buscaban nuevos socios que quisieran implementarlo en otras gamas de producto como la industria automovilística o los diversos aparatos que paulatinamente van a ir cobrando inteligencia".