A un teléfono eminentemente profesional, como el SPL, se le exige una buena sincronización con ordenadores de sobremesa y, sobre todo, que todo se ciña a un simple ‘Plug&Play’. El SPL cumple con estas dos máximas. De hecho, basta con conectar el teléfono a través del cable USB con el que viene de serie para que, en unos segundos, el ordenador lo reconozca. Si, además, el usuario tiene instalada la aplicación ActiveSync, en sólo un instante los contactos y el calendario estarán sincronizados con el dispositivo de mano. Ni software, ni drivers, ni laberínticas configuraciones, todo es tan simple como conectar el teléfono y comenzar a trabajar. Una de las características que para muchos es importante, sobre todo en un dispositivo de mano con Windows, es la posibilidad de interactuar a través de una pantalla táctil. Pues bien, aunque el SPL no ofrece esta opción, la tecla de navegación –de cinco posiciones- permite moverse por los menús con una rapidez similar a la que se lograría con un puntero físico. Lo que sí se echa en falta es una velocidad de procesamiento más alta, ya que en muchos casos el tiempo entre la pulsación y la posterior ejecución de la orden presenta un retardo superior al que sería deseable.
Tres en uno Si a las posibilidades anteriormente señaladas se añade su delgadez (1,2 cm), el resultado es un plato perfecto para el menú de los ejecutivos itinerantes, hasta hace no mucho encadenados al portátil, la agenda electrónica y el teléfono móvil. Este equipo ‘tres en uno’ puede sustituir a cualquiera de los dispositivos nombrados anteriormente, con las evidentes limitaciones de un móvil: pantalla reducida, teclado en miniatura, capacidad de memoria, etcétera. Quizás algo que se le puede achacar es que sólo sea compatible con redes GSM/GPRS, cuando lo lógico es que hubiese sido fabricado para soportar UMTS, con el fin de conseguir una mayor velocidad de descarga de correos y navegación por la red.
Botones multimedia El bosque multimedia se encuentra abonado por dos teclas que dan acceso a los menús de música/vídeo y cámara de fotos. La calidad de la reproducción musical es muy alta, siempre y cuando los archivos superen los 128 Kbps y la escucha se realice mediante los auriculares con los que se comercializa, ya que a través del altavoz del teléfono la reproducción pierde mucho. Lo mismo se puede aplicar para las conversaciones manos libres a través del amplificador, al cual le falta mucha potencia para hacerse oír. En cuanto a la cámara, ofrece 2 MPx y hasta nueve opciones para adaptar la foto al entorno, como automático, soleado, nublado, noche... El modo ‘noche’ cobra especial relevancia puesto que el SPL no incorpora flash.
Conexión de SIM y ranura de expansión La ranura en la que se encaja la tarjeta SIM se encuentra bajo la batería del equipo, y hay que dejarse llevar por la intuición para acertar cómo debe ser introducida, puesto que no hay icono informativo que lo explique. Hay que destacar que la bandeja sobre la que se ha de depositar la SIM es un elemento muy endeble, por lo que es aconsejable manipularlo con tacto para evitar sorpresas. Justo encima de este elemento de hardware se encuentra el puerto para tarjetas miniSD, que por un lado no es ‘Hot Swap’ -hay que desencajar la batería para extraerla/introducirla- y por el otro tampoco dispone de leyenda alguna que facilite la forma en que debe conectarse.
A prueba de golpes Durante el periodo en el que el SPL estuvo sometido a prueba, el teléfono sufrió un impacto al caer de una motocicleta cuando ésta circulaba a unos 70 kilómetros por hora. El resultado de este episodio fue un teléfono intacto y encendido, que no se desarticuló al recibir el golpe. El SPL conservó las funciones de hardware y software intactas, a pleno rendimiento, durante todo el periodo de prueba. Un hecho accidental que pone de relieve la calidad de fabricación de I-Mate.