El saldo negativo en las cuentas de la empresa de videojuegos se remonta a los últimos dos años, cuando sus estrenos llegaran en el peor momento de la crisis, y lograran convencer a los usuarios para cambiar de dispositivo.
Con la campaña de navidad, Nintendo espera convencer a los usuarios de videojuegos con la Wii U. Iwata confía que se recupere la rentabilidad, y resta importancia a los lanzamientos de Sony y Microsoft: "Ser el primero en estrenar consola de la próxima generación no es importante en absoluto", restando importancia al adelanto que puede haber significado la PS Vita.
Con todo, el presidente de la empresa argumenta que no “compiten” con el mismo mensaje y no tienen exactamente el mismo público. Y, aunque no ha querido revelar el precio de la consola navideña, sí ha expresado será competitivo. Empresas como Amazon lo tasan en 349 euros.