Yoigo incrementó su facturación un 25% en el primer trimestre hasta los 1.954 millones de coronas suecas. Y dicen las malas lenguas -o las buenas quizá puesto que hablan con cariño-, que este nórdico desenfadado, de aspecto alternativo y manifiestamente anticonvencionalismos no goza de todas las bendiciones que debiera dentro de su compañía. Pues bien, desconozco si el capitalísimo pecado de la envidia afecta también a los humanos en las tierras frías; pero está claro que algo de eso tiene que haber. Johan Andsjö llegó a nuestro país para hacerse cargo de una compañía marginal dentro del mundo de la
s telecomunicaciones. La ha situado en el sitio que le corresponde como cuarto operador con red propia. Montó un equipo con grandísimos profesionales y una jefa de terminales silenciosa e inmensamente eficaz que ha sabido dar más por menos. Johan hizo del marketing su evangelio “verdad verdadera” y se ha coronado como rey de la portabilidad, originando fuertes jaquecas entre los más grandes. Se le puede achacar que reclamó en voz muy alta una frecuencia a la que luego no optó, que sea irregular, sorprendente, chistoso o díscolo, pero nunca que como máximo ejecutivo de una compañía no haya superado metas con las que nunca soñó Telia Sonera (a los resultados globales nos remitimos).