Lejos de ser una noticia anecdótica, el cambio de política de los operadores españoles y su decisión de acortar el porfolio de terminales y trasladar la subvención de los teléfonos al consumo (precios), obligará a los fabricantes a replantearse su estrategia en nuestro país; ya que muchos, si no todos, se verán obligados a pelear en el mercado libre.
Las decisiones se han precipitado por la necesidad de reforzar la infraestructura y el consumo de datos, evitar la portabilidad por cambio de terminal y ajustar las cuentas.
La oferta de un catálogo corto de móviles era una práctica que ya estaban llevando a cabo Vodafone (que redujo hace unos años), Orange y Yoigo a quienes ahora, a pesar de algunas caras de preocupación, se suma Telefónica.
Si la relación no supera los 25, 30 terminales, la pregunta es ¿quién se quedará fuera? Está claro que los chinos, siempre generosos con la multinacional, parece que no…