No es muy habitual que en nuestra revista probemos teléfonos de Motorola que no sean móviles, no en vano fueron los padres del invento y líderes del sector durante muchos años, pero de lo que sí estamos seguros es de que, tarde o temprano, volverán a pegar el campanazo. De momento, se habla de que en la feria de Barcelona podremos ver el Motosurf A3100 (Attila), el FR68 o el Moto Q11, todos ellos con Windows Mobile 6.1; aunque también anhelamos ver su proyecto con sistema operativo Google Android.
Pero, mientras llega ese momento, podemos disfrutar de un teléfono inalámbrico para telefonía fija con contestador automático integrado, el Motorola D11.
De diseño agradable, llama la atención, nada más cogerlo, el contraste de materiales con los que está fabricado, pasta y goma, de forma que uno aporta la elegancia del diseño y el otro comodidad y sujeción en el uso de los teclados.
El equipo consta de dos piezas: base y terminal portátil inalámbrico. En la primera, negra redibujada con una franja azul, destaca el espacio del altavoz y un teclado de ocho botones, además del visor para el contador de llamadas.
Todos los pulsadores a la vista son para manejar el contestador, el cual dispone de una memoria de grabación de doce minutos y que, por defecto, trae la siguiente locución: “Hola, su llamada no puede ser atendida en este momento; por favor, deje su mensaje después de oír la señal”.
El portátil
En cuanto al Motorola D11 en sí mismo, resulta muy fino y manejable; incorpora una gran pantalla con siete líneas de texto, en color y una botonera retroiluminada de 18 pulsadores más un botón navegador central con acceso directo al listín y al registro de llamadas.
De uso sencillo, la pantalla de reposo muestra los iconos de estado (batería, llamadas en el contestador, cobertura, etc.) y como salvapantallas un reloj analógico.
Las dos teclas superiores nos conducen una hasta la gestión de agenda y la otra a un menú de función por pantalla en la que podemos ver los principales servicios que nos ofrece el D11: mensajería SMS, control del contestador desde el terminal (permite grabar notas de voz), listas de llamadas (perdidas, recibidas, realizadas y borrar), recordatorios (se gestiona como una agenda de móvil con alarmas, fecha, hora, etc.), reloj y alarmas (despertador) y ajustes (para personalizar el terminal).
Entre las opciones que nos ofrece: tonos de llamada polifónicos, altavoz-micrófono manos libres, listín con 100 entradas, alarma acústico-luminosa para comunicaciones sin respuesta, mensajes, buzón de voz o llamada entrante.
Además, modo ‘ECO’ para reducir las emisiones de energía, pulsador para vincular y buscar el terminal cuando está fuera de la base y un tiempo de batería en espera de 100 horas y en conversación de 10.
Lo que más nos ha llamado la atención es la claridad en la voz y lo bien que se lee la pantalla. Algo realmente reseñable.
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