El informe ha sido firmado por el ex responsable de los sistemas de información del gobierno de Reino Unido, John Suffolk, actualmente trabajador de Huawei con un cargo similar. El documento expone que la empresa jamás ha realizado labores de espionaje para China y que sus equipos son perfectamente seguros para ser utilizados en cualquier tipo de situación.
“Nos tomamos la seguridad de la información como algo muy serio y hemos invertido un buen número de recursos para promocionar y mejorar las capacidades de nuestra compañía, nuestros socios y otros miembros de la cadena de valor para ofrecer las mejores garantías de seguridad y contribuir a un mundo con redes mucho más seguras.
"Por nuestra propia supervivencia como compañía, nunca hemos causado el menor daño a ninguna nación ni tampoco hemos intentado sustraer datos de inteligencia, secretos empresariales o vulnerar la privacidad de los usuarios y nunca contribuiremos a este tipo de prácticas ni tampoco las toleraremos. Nunca apoyaremos a ninguna entidad o país que nos pida acometer este tipo de actividades”.
Las declaraciones tienen lugar en momentos en los cuales se le están cerrando mercados a Huawei, como en Australia, país que ha prohibido que entre en la red pública de banda ancha. A pesar del documento, Estados Unidos mantiene una investigación abierta en el Congreso para analizar la relación entre el fabricante chino y su gobierno. En este país las sospechas son crecientes y dominan la opinión pública porque la compañía ha crecido de forma colosal en los últimos años.