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El nuevo imperio (I)

miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Érase una vez una muralla que aisló la sociedad del mundo. Érase una vez una mole milenaria al otro lado de la cual un pueblo creció de forma infinita. Érase una vez un imperio que tras lustros y lustros de sueño, empezó a despertar. Érase una vez una sociedad que sintió la necesidad de comunicarse. Érase una vez... China (90 millones de Internautas, un millón de líneas de banda ancha al mes, 300 millones de usuarios móviles)

 La lenta aparición de terminales fabricados en China en el mercado Español; las noticias en materia empresarial o tecnológica que, cada vez más frecuentemente, aparecen en los teletipos; la presencia de importadores en el SIMO; el interés de los fabricantes y los operadores por la consecución de una cuota de mercado, etc. han sido razones suficientes para que volvamos nuestros ojos hacia ese lugar de la tierra al cual han dado en llamar “el gigante asiático”. Recientemente, la Fundación AUNA elaboró un dossier sobre el nuevo mercado chino de las telecomunicaciones que habla por sí mismo: “China se está convirtiendo, a un ritmo que no permite establecer ningún tipo de paralelo histórico en el mundo, en la que probablemente será la mayor potencia de la Sociedad de la Información del siglo XXI. En poco más de dos décadas ha dejado de ser una economía cerrada, básicamente agrícola y subdesarrollada, y se ha transformado en una de las mayores economías industriales del mundo y en el mercado más dinámico y codiciado. En este contexto, la industria china se decanta, cada vez más, por el desarrollo y comercialización de productos high-tech, principalmente aquellos relacionados con las TIC. Un elemento que ha favorecido esta especialización ha sido el espectacular crecimiento de su mercado interno, en particular, de los usuarios de servicios telefónicos e Internet, cuyo número combinado se ha multiplicado por ocho entre 1998 y 2004. La transformación, además, no ha hecho más que empezar; ya que el potencial de su mercado sigue siendo enorme, por lo que su industria cuenta aún con importantes posibilidades de crecimiento y desarrollo”.

Cifras Con las cifras encima de la mesa y siempre basándonos en el informe AUNA, vemos que en el caso de Internet, en China, el número de usuarios ha pasado de poco más de un millón en 1998 a más de 90 millones en la actualidad (incluyendo Hong Kong), situándose en la segunda posición mundial y con 25 provincias que superan ya el millón de internautas. En 2006, se prevé que se sobrepasarán los 150 millones. Por lo que respecta a la banda ancha, crece a razón de un millón de líneas por mes. Por otra parte, y en cuanto a la telefonía móvil se refiere, se ha pasado de 13 millones de usuarios a más de 300; duplicando, prácticamente, al segundo país en el ranking, EE.UU., el cual cuenta con poco más de 160 millones. El crecimiento en telefonía fija, si bien ha quedado relegado por la evolución del móvil, también ha sido muy importante, lo que ha situado al país oriental en el primer lugar a escala mundial. En suma, China ha pasado de tener un teléfono por cada 16 ó 17 habitantes en 1998 a 2 por cada 5 en sólo seis años.

En busca de la vanguardia tecnológica La transformación que están experimentando la sociedad y la economía chinos en la actualidad se inició hace sólo un par de décadas, cuando Pekín se decidió a impulsar una mayor apertura de la economía. En ese momento, se combinaron políticas de incentivo a la migración de los campesinos a las ciudades con el establecimiento, entre 1980 y 1988, de cinco Zonas Económicas Especiales (ZEE), que favorecían la inversión externa y ofrecían políticas impositivas preferenciales. La necesidad de hacer extensivo el modelo de las ZEE llevó a la creación de 54 Zonas estatales de Desarrollo Tecnológico y Económico (ZDEE), que comparten un status similar a las ZEE aunque se circunscriben a un espacio físico determinado. Las primeras se localizaron principalmente en zonas costeras del Sur, pero luego se dio un mayor impulso a la región de Shangai, con el fin de que su desarrollo tuviera más repercusión en el interior del país. Se crearon, asimismo, unas 4.000 ZDEE provinciales y municipales. Como consecuencia del establecimiento de estas zonas especiales, numerosas empresas de países industriales vecinos se decidieron a invertir en China, buscando desarrollar en el continente sus procesos más intensivos en mano de obra. La región del delta del río Zhu Jiang (Guangdong), frente a Hong Kong, fue la más favorecida inicialmente y la que más rápidamente se desarrolló, aprovechando no sólo el capital proveniente de la región autónoma sino también sus servicios e infraestructuras avanzados, sus recursos humanos cualificados y el know-how. También han sido importantes las inversiones de empresas de Taiwán, en especial las de hardware, que se han instalado masivamente en el continente, permitiendo que China ocupe, en la actualidad, la tercera posición en el mundo en la fabricación de productos TIC. Se estima, además, que en 2005 un 80% de las exportaciones de Taiwán se originará en China. El establecimiento de zonas industriales, sin embargo, no resultaba suficiente para el desarrollo de China como potencia tecnológica mundial. Por esa razón, el Ministerio de Ciencia y Tecnología decidió establecer Zonas de Desarrollo High-Tech (ZDHT), cuyo objetivo era utilizar la capacidad tecnológica y los recursos de centros de investigación, universidades y empresas grandes y medianas, para desarrollar nuevos productos de alta tecnología y comercializar las innovaciones. En 1988 se estableció la primera, ZhongGuanCun, y en los siguientes años 52 más. Entre 1991 y 2001 los ingresos de las ZDHT se han multiplicado por 100, alcanzando en 2003 los 241.000 millones de dólares, un 50% del producto industrial nacional. Sólo en ese año, además, sus exportaciones aumentaron un 73%, alcanzando los 57.000 millones de dólares.

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