El juicio antimonopolio que enfrenta Google en Estados Unidos podría desencadenar uno de los movimientos más inesperados en el panorama tecnológico reciente: la venta forzosa del navegador Chrome.
En el contexto del proceso judicial "Estados Unidos contra Google", actualmente en su fase de soluciones, una de las opciones que ha ganado relevancia es la escisión de activos estratégicos, como su navegador, con el objetivo de restaurar la libre competencia en el mercado digital.
El juez federal Amit Mehta ya dictaminó en 2024 que Google ejerce un monopolio en el ámbito de las búsquedas en línea y en la publicidad digital. “Google es un monopolista y ha actuado como tal para mantener su monopolio”, señalaba en su sentencia. Actualmente, la compañía controla cerca del 90% de las búsquedas en internet y más del 95% del mercado en dispositivos móviles, cifras que han sido clave para el desarrollo del caso.
OpenAI, interesada en adquirir Chrome
Durante esta nueva fase del juicio, destinada a determinar las medidas que Google deberá adoptar para corregir su posición dominante, una declaración inesperada ha llamado la atención del sector tecnológico. Nick Turley, jefe de producto en OpenAI, ha confirmado que su compañía estaría interesada en adquirir Chrome si el navegador fuera puesto a la venta como parte de las medidas judiciales. “Sí, sí lo estaríamos, así como lo estarían otras empresas”, aseguraba durante su comparecencia.
OpenAI, conocida por el desarrollo de ChatGPT, ha intensificado su apuesta por competir directamente en el terreno de las búsquedas con su herramienta SearchGPT, renombrada posteriormente como ChatGPT Search. El navegador de Google supondría, en ese sentido, una vía directa para posicionar su tecnología de inteligencia artificial en millones de dispositivos, sin depender de acuerdos con fabricantes o tiendas de aplicaciones.
Turley ha apuntado que la integración entre el navegador y su modelo conversacional permitiría ofrecer “una experiencia realmente increíble”
La compañía de Sam Altman lleva tiempo trabajando en su propio navegador con integración nativa de ChatGPT, un desarrollo complejo que requerirá tiempo y recursos. Ante este escenario, la adquisición de Chrome representaría una solución más inmediata para avanzar en sus objetivos. Turley ha apuntado que la integración entre el navegador y su modelo conversacional permitiría ofrecer “una experiencia realmente increíble”. Según ha señalado, esta sinergia facilitaría la enseñanza a los usuarios sobre el potencial de la inteligencia artificial en la navegación diaria.
En su intervención, Turley también ha defendido la necesidad de preservar la capacidad de elección del usuario en un ecosistema digital altamente concentrado: “controlar los puntos de acceso a cómo la gente descubre productos, incluido el nuestro, limita la competitividad”, asegura.
Aunque la venta de Chrome aún es una hipótesis remota, su impacto sobre el ecosistema tecnológico global marcaría un antes y un después en el acceso a las herramientas de búsqueda y navegación.