Google encara una semana crítica en su pulso con las autoridades estadounidenses. Este lunes comienza la fase decisiva del juicio por monopolio que podría derivar en sanciones estructurales sin precedentes para el gigante tecnológico.
En paralelo, la empresa ha anunciado que apelará la decisión tomada el pasado jueves por una jueza federal, que la declaró culpable de mantener ilegalmente el control sobre tecnologías de publicidad digital.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa a Google de prácticas anticompetitivas tanto en el ámbito de la publicidad programática como en el de los motores de búsqueda. En el primer caso, la jueza Leonie Brinkema falló la pasada semana que la compañía abusó de su posición de dominio en el mercado de los servidores de anuncios para editores y plataformas de intercambio de publicidad, excluyendo a sus rivales de forma deliberada. No obstante, consideró que el Departamento no logró probar que las adquisiciones de DoubleClick y AdMeld fueran por sí mismas anticompetitivas.
Google, por su parte, ha calificado el fallo como “mixto” y ya ha confirmado que apelará los aspectos considerados perjudiciales. “Creemos que el tribunal ha malinterpretado ciertos aspectos clave del funcionamiento de nuestras herramientas para editores”, defienden fuentes internas. La compañía sostiene que sus servicios son utilizados libremente por los usuarios y niega que sus prácticas hayan limitado la competencia de forma ilegítima.
El juicio por el buscador entra en su fase más crítica
La atención ahora se traslada a Washington, donde el juez Amit Mehta presidirá una audiencia que se prevé muy larga. En ella, el gobierno estadounidense y Google expondrán sus propuestas para resolver el abuso de posición dominante que el propio Mehta ya reconoció en agosto del año pasado. En ese fallo, el tribunal concluyó que Google había pagado a fabricantes de navegadores y dispositivos móviles —incluido Apple— para establecer su buscador como opción predeterminada, lo que consolidó su hegemonía en el mercado.
El DOJ propone la posible escisión de productos clave como el navegador Chrome o el sistema operativo Android
Entre las sanciones que propone el Departamento de Justicia se encuentran la prohibición de esos pagos a terceros y la posible escisión de productos clave como el navegador Chrome o el sistema operativo Android. Ambos forman parte del ecosistema de servicios que, según los reguladores, refuerza el monopolio de Google en múltiples niveles.
La compañía argumenta que tales medidas serían desproporcionadas y perjudiciales para los consumidores, al forzar el uso de motores de búsqueda alternativos que, a su juicio, ofrecen una experiencia inferior.
En un documento presentado el pasado 14 de abril, los abogados de Google criticaron que las sanciones propuestas no guardan relación directa con los comportamientos sancionados y que podrían afectar a la innovación en sectores como la inteligencia artificial y la publicidad digital.
Aunque Google ha reiterado que apelará cualquier decisión desfavorable, el inicio de esta fase final marcará un punto de inflexión. La resolución del juez Mehta no solo definirá el futuro de Google, sino también el marco regulatorio que regirá el comportamiento de las grandes tecnológicas en los próximos años.