La firma especializada en software de diseño colaborativo, Figma, ha presentado de forma confidencial ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) un borrador del formulario S-1, el primer paso para una posible oferta pública inicial (OPI).
La decisión, anunciada en cumplimiento de la Regla 135 de la Ley de Valores de 1933, marca un giro estratégico para la empresa tras la cancelación de su adquisición por parte de Adobe.
El proceso de registro, aún sujeto a la revisión de la SEC, no implica una oferta inmediata ni establece detalles sobre el volumen de acciones o el rango de precios. La presentación permite, sin embargo, que Figma mantenga la puerta abierta a debutar en el mercado bursátil cuando las condiciones sean propicias.
Un cambio de rumbo tras el veto regulatorio
La decisión de Figma llega 16 meses después de que se frustrara su adquisición por Adobe, un acuerdo valorado en 20.000 millones de dólares que fue bloqueado por las autoridades de competencia del Reino Unido. Como consecuencia, Adobe se vio obligada a pagar una penalización de 1.000 millones de dólares a la startup. Fundada en San Francisco en 2012, Figma está respaldada por inversores de peso como Andreessen Horowitz, Sequoia Capital, Index Ventures, Greylock Partners, Durable Capital y Kleiner Perkins, entre otros.
El CEO y cofundador Dylan Field había reconocido en declaraciones anteriores que la empresa evaluó en profundidad la vía de la venta. “Hay dos caminos para las startups con financiación de capital riesgo: o te compran o sales a bolsa”, explicaba en una entrevista a The Verge en el año 2023. Finalmente, la compañía parece haber optado por el segundo camino.
La presentación de Figma coincide con un panorama incierto para las salidas a bolsa en el sector tecnológico. Desde finales de 2021, el mercado de OPI ha permanecido prácticamente paralizado. Casos recientes como los de Klarna, StubHub y Chime muestran la fragilidad del contexto: todas ellas retrasaron o suspendieron sus ofertas debido a la volatilidad generada por anuncios de política económica del presidente estadounidense Donald Trump, particularmente en materia de aranceles. Por su parte, Turo, plataforma de carsharing, retiró su solicitud en febrero tras tres años de espera.
A pesar del contexto adverso, Figma parte con cifras sólidas. En una oferta de acciones de 2024, se valoró a la compañía en 12.500 millones de dólares y, según datos disponibles, alcanzó aproximadamente 600 millones de dólares en ingresos anuales. Su herramienta, ampliamente utilizada en el desarrollo de interfaces digitales, ocupa un papel clave en los entornos de trabajo colaborativo y diseño en la nube, sectores en auge dentro de la transformación digital empresarial.