OpenAI ha presentado una contrademanda contra Elon Musk en el marco del proceso judicial que enfrenta a ambas partes en Estados Unidos.
La compañía, pionera en el desarrollo de modelos de lenguaje como ChatGPT, acusa al empresario de una campaña sistemática de acoso destinada a obstaculizar su transición a un modelo con fines de lucro, considerado clave para la captación de inversiones en el competitivo entorno actual de la inteligencia artificial.
La demanda, registrada ante el Tribunal de Distrito del Norte de California, responde a la acción legal iniciada por Musk el año pasado, en la que alegaba que OpenAI y su director ejecutivo, Sam Altman, habían traicionado la misión original de la empresa: desarrollar inteligencia artificial en beneficio de la humanidad. Musk, que fue cofundador de OpenAI en 2015 pero abandonó la organización antes de su ascenso como referente tecnológico, ha manifestado su oposición al giro corporativo de la firma.
Conflicto por la transición empresarial de OpenAI
El punto central del litigio es la reestructuración interna de OpenAI. La empresa busca completar su transición hacia un modelo “for-profit” antes de que finalice 2025, un paso necesario para asegurar una ronda de financiación valorada en 40.000 millones de dólares. Esta transformación permitiría a la organización acceder a los recursos que demanda la carrera global por la supremacía en inteligencia artificial, caracterizada por altos costes computacionales y desarrollos tecnológicos avanzados.
Según OpenAI, Musk ha empleado “ataques en prensa, campañas maliciosas difundidas a sus más de 200 millones de seguidores en redes sociales, demandas corporativas infundadas y una oferta simulada de adquisición” para perjudicar a la compañía. En su escrito judicial, la organización solicita al juez que impida a Musk continuar con lo que considera acciones desleales y que sea responsabilizado por los daños ya ocasionados.
“Es revelador que pagar el valor justo de mercado por sus activos supuestamente 'interfiera' con sus planes de negocio”
La defensa de Musk ha respondido señalando una oferta de adquisición no solicitada, valorada en 97.400 millones de dólares, realizada a principios de año por un consorcio liderado por el propio empresario. El equipo legal sostiene que OpenAI rechazó la propuesta sin evaluarla adecuadamente, lo cual evidenciaría, en su opinión, una falta de transparencia y apertura al mercado. “Es revelador que pagar el valor justo de mercado por sus activos supuestamente 'interfiera' con sus planes de negocio”, defendió entonces Marc Toberoff, abogado de Musk.
En redes sociales, OpenAI ha acusado a Musk de intentar desacelerar su progreso mediante tácticas de mala fe con el objetivo de apropiarse de sus avances tecnológicos.
El juicio, con jurado, está previsto para la primavera de 2026 y se perfila como un caso clave en la definición del modelo de gobernanza de las tecnologías emergentes en inteligencia artificial, así como en la relación entre innovación, financiación y ética en el sector tecnológico.