Según el "Estudio comparativo del uso de la factura electrónica en España" publicado por SERES, el uso de la factura electrónica ha experimentado un crecimiento notable en 2024, superando por primera vez los 500 millones de documentos. En concreto, se registraron 557.803.001 facturas intercambiadas en entornos B2B, lo que representa un incremento del 21,18% en comparación con el año anterior. Este aumento no solo marca un récord histórico, sino que también refleja una tendencia creciente en la digitalización de procesos empresariales.
En este contexto, Madrid y Cataluña continúan liderando el ranking de comunidades autónomas con mayor volumen de emisión de facturas electrónicas. La Comunidad Valenciana ha ascendido al tercer puesto, mientras que Cataluña se destaca como la principal receptora de estos documentos. Este crecimiento en la emisión y recepción de facturas electrónicas ha generado un ahorro significativo, estimado en más de 4.328 millones de euros en costes de gestión, así como un ahorro de tiempo equivalente a 1.194 años laborales. Además, se ha evitado el uso de papel que podría haber resultado en la tala de 31.117 pinos.
El informe de SERES también destaca que la mejora en los procesos internos y en la relación entre proveedores y clientes, junto con la próxima entrada en vigor de la obligatoriedad de la factura electrónica según la Ley Crea y Crece, son factores que explican este impulso. Esta ley, aprobada en octubre de 2022, establece que la emisión de facturas electrónicas se convertirá en un requisito obligatorio para empresas y autónomos, comenzando su aplicación en 2026.
Respecto a la distribución geográfica, la Comunidad de Madrid lidera la emisión de facturas electrónicas con un 38,05% del total nacional, seguida por Cataluña con un 28,74% y la Comunidad Valenciana con un 7,52%. En cuanto a la recepción, Cataluña también ocupa el primer lugar con un 28,18%, mientras que la Comunidad de Madrid se sitúa en segundo lugar con un 26,50%. Sin embargo, comunidades como La Rioja, Islas Baleares, Ceuta y Melilla presentan los volúmenes más bajos de emisión y recepción de e-facturas, lo que indica la necesidad de aumentar la concienciación sobre las ventajas de esta herramienta.
El estudio también revela que las medianas empresas son las que más utilizan la factura electrónica, con un 32,78% de las emisiones y un 31,78% de las recepciones. Las pequeñas empresas siguen en segundo lugar, mientras que las grandes empresas y las microempresas ocupan posiciones inferiores. A pesar de la desaceleración en la adopción por parte de las micro y pequeñas empresas, se observa un crecimiento significativo en las grandes y medianas empresas, lo que refleja la búsqueda de eficiencia y el cumplimiento normativo.
En términos sectoriales, el retail se posiciona como el mayor usuario de facturas electrónicas, seguido por la industria y el sector sanitario. Estos sectores han adoptado la factura electrónica para optimizar la gestión y garantizar el cumplimiento normativo. Además, el sector del transporte y el de la energía también están avanzando en la adopción de esta herramienta.
Finalmente, aunque la obligatoriedad establecida por la Ley Crea y Crece es un factor importante, el estudio sugiere que la factura electrónica se está consolidando como una herramienta estratégica para las empresas. Su uso no solo ayuda a cumplir con la normativa, sino que también permite optimizar procesos, reducir costes y mejorar la visibilidad de la gestión financiera, lo que es crucial para la competitividad del tejido empresarial en España.