El módulo de aterrizaje Athena, desarrollado por la empresa estadounidense Intuitive Machines, logró posarse sobre la superficie de la Luna en la noche del jueves 6 de marzo, sin embargo, el éxito de la misión se ha visto ensombrecido por problemas técnicos que han afectado la orientación del módulo, lo que pone en riesgo el desarrollo de los experimentos científicos previstos.
Tras una semana de viaje y 39 órbitas alrededor del satélite natural, Athena inició su maniobra de descenso hacia el polo sur lunar con la esperanza de llevar a cabo una misión científica clave para la NASA. Equipado con un sistema de propulsión de metano y oxígeno líquido, el módulo logró reducir su velocidad de manera controlada hasta tocar la superficie en la región de Mons Mouton. Sin embargo, algo salió mal en los momentos finales del alunizaje. La nave, en lugar de quedar en posición vertical, parece haber quedado de lado, dificultando la operatividad de varios de sus sistemas.
Este suceso recuerda lo ocurrido con la misión anterior de Intuitive Machines en 2024, cuando el módulo Nova-C "Odysseus" también sufrió un vuelco tras el aterrizaje, complicando la recepción de datos científicos y reduciendo su vida útil.
Cómo afecta esto a la misión científica
Athena viajaba a la Luna con el propósito principal de desplegar el experimento PRIME-1 de la NASA, cuyo objetivo es la búsqueda de agua helada en el subsuelo lunar. Este recurso está considerado crucial para futuras misiones tripuladas, ya que podría usarse para generar oxígeno e hidrógeno, facilitando la exploración espacial a largo plazo.
Otro de los aspectos clave de la misión es la implementación de conectividad lunar mediante la red 4G desarrollada por Nokia. Esta tecnología tiene como objetivo mejorar las comunicaciones en la Luna, proporcionando una conexión más estable y eficiente para la transmisión de datos científicos y la operación remota de instrumentos.
A pesar de los problemas de orientación, el módulo sigue transmitiendo telemetría y recibiendo comandos desde la Tierra
El sistema de Nokia, que forma parte del programa de exploración lunar de la NASA, está diseñado para soportar las condiciones extremas del entorno lunar y sentar las bases para futuras misiones que dependan de comunicaciones de alta velocidad.
A pesar de los problemas de orientación, el módulo sigue transmitiendo telemetría y recibiendo comandos desde la Tierra. No obstante, para preservar su energía, se han apagado varios subsistemas. Las temperaturas extremas en el polo sur lunar suponen un desafío adicional, ya que la posición del módulo podría influir en la cantidad de luz solar recibida por sus paneles solares, afectando la capacidad de generación de energía.
¿Y ahora qué?
Intuitive Machines espera que la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA pueda proporcionar imágenes que ayuden a determinar con mayor precisión la posición exacta del módulo y la viabilidad de los experimentos planificados. Mientras tanto, el equipo de la misión trabaja en la optimización de los sistemas activos para maximizar el tiempo operativo de Athena en la superficie lunar.
A pesar de las dificultades, los responsables de la misión consideran que el aterrizaje de Athena representa un paso significativo en el desarrollo de la exploración lunar comercial. La colaboración entre la NASA y empresas privadas, como Intuitive Machines, Firefly Aerospace y Nokia, demuestra el interés en ampliar las capacidades tecnológicas para futuras misiones, incluidas las del programa Artemis, que busca establecer una presencia humana sostenible en la Luna.
Si (
No(
