La compañía taiwanesa TSMC ha comenzado a desarrollar una planta en Tainan (Taiwán) que estará dedicada exclusivamente a la producción de chips de 1 nm, con el objetivo de comenzar la fabricación en masa en 2030.
TSMC ya tiene el foco puesto en los semiconductores de 1 nanómetro
La compañía taiwanesa TSMC ha comenzado a desarrollar una planta en Tainan (Taiwán) que estará dedicada exclusivamente a la producción de chips de 1 nm, con el objetivo de comenzar la fabricación en masa en 2030.
Esta nueva planta, denominada 'Fab 25', contará con seis líneas de producción y utilizará obleas de 12 pulgadas para la creación de estos semiconductores de última generación.
La producción de chips de 1 nm es un hito en términos de miniaturización y tendrá implicaciones significativas en el rendimiento de los dispositivos. Estos chips permitirán avances en áreas como la inteligencia artificial (IA), la computación cuántica, la automoción y otras tecnologías de vanguardia. Al reducir aún más el tamaño de los transistores, TSMC puede mejorar la eficiencia energética y la velocidad de procesamiento, elementos clave para el desarrollo de nuevos productos y servicios en sectores altamente competitivos.
Trump, un posible obstáculo
Este esfuerzo hacia la miniaturización y el liderazgo en la fabricación de semiconductores se produce en un contexto de incertidumbre geopolítica y económica. La reciente llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos ha planteado un reto significativo para las empresas extranjeras que operan en el sector tecnológico, particularmente aquellas involucradas en la producción de semiconductores. Trump ha manifestado su intención de imponer aranceles a la producción extranjera de chips y otros productos, con el objetivo de reactivar la manufactura en Estados Unidos y proteger los intereses económicos nacionales.
En este contexto, TSMC se enfrenta a la presión de la política estadounidense, que busca frenar la dependencia de países como Taiwán para la fabricación de semiconductores clave. Sin embargo, la compañía taiwanesa ha estado trabajando durante años para mitigar estos riesgos. Uno de los principales enfoques de TSMC ha sido diversificar su infraestructura de fabricación, estableciendo plantas fuera de Taiwán, incluida su expansión en Estados Unidos. Este movimiento busca proteger su negocio en caso de un conflicto geopolítico entre China y Taiwán, y también asegurar su participación en el mercado estadounidense, uno de los más importantes para la industria tecnológica.
Precisamente, el desarrollo de chips de 1 nm es una parte fundamental de esta estrategia, ya que le permitirá a la compañía mantenerse competitiva y seguir siendo la elección preferida de gigantes tecnológicos como Qualcomm, NVIDIA, AMD y Broadcom, que ya dependen de TSMC para la fabricación de sus chips.