La Policía Nacional, en colaboración con la Guardia Civil, ha llevado a cabo una operación en la localidad de Calpe (Alicante), que ha culminado con la detención de un joven sospechoso de estar detrás de una serie de ciberataques a importantes instituciones y empresas tanto nacionales como internacionales.
Este arresto pone de manifiesto la creciente amenaza de la ciberdelincuencia en España y la capacidad de los criminales para comprometer sistemas informáticos de entidades gubernamentales y privadas de gran relevancia.
El detenido está señalado como responsable de una serie de ataques a entidades como la Guardia Civil, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Educación, diversas universidades españolas, la OTAN y la base de datos del Ejército de EE. UU., entre otras.
Los ciberataques consistieron en el acceso no autorizado a bases de datos sensibles, con la sustracción de información confidencial de empleados y clientes, así como documentos internos de diversas organizaciones. En algunos casos, los datos fueron vendidos o divulgados en foros online, lo que evidencia la gravedad de las brechas de seguridad y el impacto potencial para las instituciones involucradas.
Un modus operandi sofisticado
El investigado ha utilizado un enfoque altamente sofisticado para llevar a cabo sus ataques. A pesar de que sus víctimas se encontraban protegidas por sistemas de seguridad avanzados, el cibercriminal fue capaz de burlar las barreras utilizando técnicas de anonimato en línea, como aplicaciones de mensajería anónimas y métodos avanzados de navegación que ocultaban su identidad. Para evitar ser identificado, el detenido cambió de pseudónimo en múltiples ocasiones, lo que complicó aún más la tarea de las fuerzas de seguridad.
A lo largo de 2024, el individuo continuó atacando a varias entidades y organismos, utilizando tres pseudónimos diferentes. A través de estos ataques, accedió a datos privados y confidenciales, afectando la seguridad de los sistemas y la privacidad de los ciudadanos. Además, la policía encontró más de 50 cuentas de criptomonedas en su posesión, lo que revela su conocimiento profundo del mundo blockchain y sus prácticas para ocultar los beneficios obtenidos a través de la ciberdelincuencia.
La magnitud de estos ciberataques plantea un grave riesgo para la seguridad nacional e internacional. El acceso no autorizado a bases de datos de carácter sensible puede tener consecuencias devastadoras, como el robo de identidades, la manipulación de información confidencial y el daño a la reputación de las instituciones afectadas. Además, la naturaleza transnacional de la ciberdelincuencia obliga a que las fuerzas de seguridad colaboren a nivel global para rastrear y detener a los responsables de estos actos.
Colaboración internacional en la lucha contra la ciberdelincuencia
La investigación ha contado con la colaboración de instituciones internacionales como EUROPOL y la Homeland Security Investigations (HSI) de EE. UU. Esta cooperación ha sido fundamental para rastrear los movimientos del detenido y recopilar pruebas de sus delitos.
A nivel nacional, el Centro Criptológico Nacional (CCN) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) también han jugado un papel clave en la identificación del cibercriminal y en el análisis de los materiales incautados durante el registro.