Caixabank avanza en la digitalización de los pagos con una funcionalidad que promete cambiar la experiencia de pago en los cajeros automáticos. A partir de ahora, los usuarios de la entidad podrán recibir el cambio de un recibo o impuesto directamente a través de Bizum, la plataforma de pagos entre particulares, en lugar de recibirlo en efectivo.
El avance de Caixabank responde a la creciente demanda de métodos de pago más ágiles y menos dependientes de efectivo. Con más de 11.000 cajeros automáticos desplegados en toda España, la entidad ha implementado esta funcionalidad para mejorar la experiencia del usuario. A través de Bizum, los clientes podrán recibir el cambio directamente en su teléfono móvil, lo que elimina la necesidad de manejar efectivo físico. Esta nueva opción estará disponible durante las 24 horas del día y los 7 días de la semana, lo que garantiza una mayor flexibilidad y accesibilidad para los usuarios.
El proceso para realizar este tipo de pagos es sencillo y cómodo. Los usuarios solo tienen que escanear el código de barras de su recibo o introducir los datos en el cajero automático. Después, si el importe ingresado no coincide con el monto exacto del recibo, el sistema pedirá el número de teléfono móvil del usuario y devolverá automáticamente el cambio mediante Bizum. Este tipo de integración entre el pago físico y digital representa un cambio relevante en la experiencia bancaria, favoreciendo la adopción de soluciones más cómodas y modernas.
Inclusión y accesibilidad
A pesar de su inclinación hacia la digitalización, Caixabank no olvida la necesidad de inclusión financiera. En un contexto donde no todos los usuarios están igualmente familiarizados con las plataformas de pago digitales, el banco mantiene la opción de pago en efectivo a través de la ventanilla para aquellos clientes que prefieren un trato más personal. Este servicio sigue estando disponible para los clientes en horario de oficina y, además, para los no clientes en un horario específico.
El banco también ha hecho posible el pago en efectivo de recibos, impuestos, tasas y multas en los cajeros automáticos, algo que antes solo podía hacerse con tarjeta. Los pagos en efectivo se pueden realizar con billetes de entre 5 y 200 euros, para importes inferiores a 995 euros.