Meta ha alcanzado un acuerdo con el expresidente Donald Trump para cerrar la demanda presentada por el republicano.
Tras la suspensión de sus cuentas en Facebook e Instagram después del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, Donald Trump presentó una demanda contra Meta, la compañía liderada por Mark Zuckerberg, que parece que hoy llega a su fin con un nuevo acuerdo.
Ambas partes han llegado a un pacto que contempla el pago de 25 millones de dólares, de los cuales 22 millones irán destinados a la creación de una biblioteca presidencial de Trump, mientras que el resto cubrirá gastos legales y compensaciones relacionadas con el caso.
El anuncio del acuerdo se ha formalizado mediante un escrito que han presentado los abogados de Meta, con un documento en el que se indica que ambas partes han decidido resolver el litigio de manera amistosa y que pronto presentarán una estipulación conjunta de desestimación ante el tribunal.
Las tecnológicas al servicio de Trump
El acuerdo con Meta se produce en un contexto en el que Mark Zuckerberg y otros líderes tecnológicos como Elon Musk han intensificado sus esfuerzos por acercarse al presidente y su entorno e incluso han logrado obtener posiciones estratégicas dentro del nuevo gobierno de Trump.
En los últimos meses, Zuckerberg ha eliminado varias políticas de verificación de contenido en sus plataformas y ha flexibilizado las restricciones en temas controvertidos como inmigración y el género, todo para contentar al nuevo presidente. Además, ha realizado movimientos como la eliminación de iniciativas de diversidad e inclusión, alineándose con los ideales políticos de Trump y sus aliados, los cuales ahora se encuentran en el gobierno.
De esta forma se crea una nueva colaboración entre Meta y Trump, la cual ha incluido gestos simbólicos pero de gran importancia, como la visita de Zuckerberg a Mar-a-Lago, donde se comprometió a donar un millón de dólares para los gastos de transición del presidente.
Por su parte, en el plano organizativo, Meta también ha reestructurado sus áreas de relaciones regulatorias, colocando al frente a Joel Kaplan, un ejecutivo que cuenta con lazos importantes dentro del Partido Republicano.
Cambio de bando
La demanda de Trump contra Meta forma parte de una serie de acciones legales presentadas contra empresas tecnológicas como Twitter y YouTube por la suspensión de sus cuentas tras el 6 de enero de 2021.
Si bien es cierto que Twitter restauró su perfil en noviembre de 2022 tras la adquisición de la plataforma por Elon Musk y YouTube hizo lo propio en marzo de 2023, Trump ha seguido haciendo uso de su propia red social, Truth Social, como principal herramienta de comunicación tras su expulsión de las principales plataformas.
Meta suspendió inicialmente las cuentas de Trump de forma indefinida debido a sus mensajes de apoyo a los asaltantes del Capitolio, pero posteriormente, el Consejo de Supervisión de la compañía criticó la falta de claridad en la decisión y recomendó una revisión hasta que en enero de 2023, Meta anunció que levantaría la suspensión, argumentando que el riesgo para la seguridad pública había disminuido.
De esta forma, todas y cada una de las plataformas y redes sociales que inicialmente vetaron la presencia de Donald Trump por alentar y apoyar el asalto al Capitolio de los Estados Unidos han ido revocando su decisión para readmitir al presidente.
El impacto del acuerdo
Este pacto entre Trump y Meta pone fin a un capítulo de tensión entre las grandes tecnológicas, que muestran su total apoyo, y el nuevo presidente, mientras se consolida una relación que sin duda será clave para ambas partes en el futuro.
Con esta resolución, Meta cierra un posible foco de conflicto político en un momento realmente delicado pero con grandes oportunidades a futuro, mientras que Trump asegura recursos para su biblioteca presidencial y refuerza su narrativa de lucha contra las grandes empresas tecnológicas.