Prueba de ello, además de los propios desarrollos tecnológicos que conciernen a las redes, como es el despliegue del 5G y fibra óptica, la conectividad digital, la virtualización de las redes, la ciberseguridad o la computación en el borde (edge computing), sin olvidar la Inteligencia Artificial (IA), para ofrecer más y mejores servicios a los usuarios, estamos viendo otros movimientos de fondo orientados a la consolidación del sector, como ha sido la fusión de Orange y MasMovil y, anteriormente, la adquisición de Vodafone por Zegona, movimientos que pretenden remodelar la situación y la relación de fuerzas.
Tras el gran movimiento corporativo que tuvo lugar en octubre de 2023, de la compra por el fondo de inversión británico Zegona de Vodafone España por 5.000 millones de euros, está compañía ha cambiado su estrategia en el mercado y está lanzando ofertas comerciales bastante agresivas y competitivas para contrarrestar las de sus rivales, no solo las de los grandes sino también las de los virtuales (OMV) y frenar la sangría de clientes que estaba sufriendo.
Pero este año 2024, lo más destacado ha sido el nacimiento de MasOrange, resultado de la fusión completa del Grupo MásMóvil y Orange en España, movimiento que ha necesitado su tiempo, dos años, hasta producirse, tras largas negociaciones y obtener la aprobación por parte de las autoridades competentes y organismos reguladores −la Comisión Europea dio luz verde a la Joint Venture el 20 de febrero de 2024−, convirtiéndose así en el líder del mercado español.
Un mercado en movimiento con grandes despidos
Según Randstad Research (09/2024), el sector de Telecomunicaciones e IT, con más de 661.000 personas ocupadas en el segundo trimestre de 2024, representa el 2,9% del empleo nacional, donde las Actividades informáticas concentran más del 75% del empleo total del sector (512 mil), seguidas por Telecomunicaciones con el 20% (130 mil), mientras que los Servicios de información constituyen el 3% del empleo sectorial (19.000).
Ahora bien, como suele suceder en cualquier fusión, o adquisición, sean empresas del sector que sean, para obtener las sinergias resultado de la misma, lo habitual es que se planteen una serie de despidos y cierre de tiendas u oficinas para reducir gastos, e incluso, en algunos casos, es de suponer, hacerla más rentable para venderla en unos pocos años. Esto es lo que ha sucedido en el caso de Vodafone y de MasOrange, y, así, esta última compañía presentó en septiembre un ERE para 795 empleados, que tras las duras negociaciones con los sindicatos ha quedado en 650 salidas entre voluntarias y forzosas ya que solo el 65% de la plantilla se ha acogido a la baja voluntaria dentro del plazo dado. En el caso de Vodafone, en julio de este mismo año, Zegona y sindicatos firmaron el acuerdo de ERE que afectaría a casi 900 personas, incluyendo prejubilaciones al igual que en el caso de MasOrange.
Lo cierto es que faltan ingenieros o técnicos jóvenes, dispuestos a trabajar muchas horas y a cobrar poco, y que sobran los “seniors”
Pero esta pérdida de empleo cualificado no solo afecta a estos dos operadores, sino a otros como Telefónica y Avatel, o fabricantes, como es el caso de la multinacional china Huawei por las tensiones geopolíticas, inmersos en un contexto de estancamiento de las ventas, caída de ingresos y elevada competencia. La cruda realidad muestra que sobran decenas de miles de profesionales (tan solo este año las tecnológicas han despedido a varios miles de sus empleados, muchos de ellos con amplia formación), y esta situación no es nueva, sino que se viene dando desde hace varias décadas. Lo cierto es que faltan ingenieros o técnicos jóvenes, recién salidos de la universidad o de la Formación Profesional, dispuestos a trabajar muchas horas y a cobrar poco, que son los que demandan las empresas para ejecutar tareas rutinarias, y que sobran los “seniors”, que ganan mucho más y que no están dispuestos a ser explotados con jornadas interminables y presión continua en su puesto de trabajo.
Así, seguirá habiendo cuatro operadores principales: una compañía líder, MasOrange; Telefónica; Vodafone/Zegona; y Digi, además de varios operadores low cost (OMV) que tiran los precios a la baja, lo que hace difícil que las grandes inversiones que se requieren para el despliegue de las redes se recuperen en un plazo razonable. Pero la reducción de ingresos, por la competencia y la bajada de precios, no solo afecta a los operadores, sino a toda la industria en general.
STC, Gobierno y los movimientos en el accionariado de Telefónica
Por otra parte, el operador de telecomunicaciones de Arabia Saudita, Saudi Telecom Company (STC) −que pertenece en un 64% al fondo soberano saudí (Public Investment Fund / PIF)− pretende hacerse con un 10% de Telefónica, que este año celebra el centenario de su constitución como CTNE el 19 de abril de 1924. Esta operación permitirá a los saudíes la presencia en el consejo de la compañía un año después de irrumpir por sorpresa en el accionariado. También, el Gobierno ha entrado en el capital de la compañía española a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el holding público dependiente del Ministerio de Hacienda, con el objetivo de alcanzar el 10%; así, cumple el mandato del Ejecutivo de convertirse en el máximo accionista de la teleco para contrarrestar la entrada de Arabia Saudí. A finales de noviembre la capitalización de Telefónica superaba los 24.000 millones y la acción los 4,3€.
En cuanto a las redes, es de notar que la expansión del 5G, tras cinco años de su llegada, es más lenta de lo esperado, quizá porque no hay una demanda real, cuando ya asoma por el horizonte la 6G. No obstante, la adopción de 5G encontrará aplicación en diversos sectores, en particular la IoT industrial y las ciudades inteligentes se verán favorecidas por los beneficios del 5G, marcando el comienzo de una era de millones de dispositivos interconectados y mayor eficiencia en el uso de los recursos. El reto para los operadores es cómo monetizar las inversiones en redes fijas y móviles, tan necesarias ante el gran aumento del tráfico de datos, y liberar todo su potencial.
"Parece claro, para este gobierno, que ni ingenieros, ni informáticos, ni matemáticos o científicos tienen nada que decir en materia tan importante para el país"
A estos movimientos de fondo hay que sumar otros, como es el cambio en la patronal del sector AMETIC, en la que su presidente Pedro Mier, tras agotar su segunda legislatura, en noviembre abandonó su cargo, siendo sustituido por Francisco Hortigüela, como nuevo presidente de la patronal tecnológica. También, en el gobierno se han producido cambios importantes y así, Óscar López Águeda pasó a ser Ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública de España, en sustitución de José Luis Escrivá, ahora Gobernador del Banco de España, con Antonio Hernando Vera como secretario de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales y María González Veracruz como secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Parece claro, para este gobierno, que ni ingenieros, ni informáticos, ni matemáticos o científicos tienen nada que decir en materia tan importante para el país.
Para el próximo año no sabemos que movimientos estratégicos el gobierno y los operadores podrían dar, pero todo parece indicar que, tras un 2024 lleno de desafíos y avances significativos, en 2025 seguirá habiendo novedades que cambiarán el panorama de las telecomunicaciones, y la industria se enfrentará a nuevos retos donde la innovación, adaptación, sostenibilidad y la transformación digital serán claves como motor del cambio y la reactivación del sector.