Pero es que los estudios serios, los que suelen realizar instituciones científicas o universitarias, y en este caso el realizado por EllIS Alicante y dirigido por Nuria Oliver, no ‘venden’. No captan la atención de quien no puede realizar un titular que aboque al clickbait desmesurado y que atraiga la publicidad fácil. Eso sí, las publicaciones serias y rigurosas como la revista Royal Society Open Science se hacen eco. Y por eso yo sí les voy a dar cabida en este humilde artículo de mi Blog en Zonamovilidad.
La investigación de ELLIS, que no encuesta, explora cómo la Inteligencia Artificial y las herramientas de realidad aumentada ampliamente utilizadas influyen en el efecto halo de atractivo, un sesgo cognitivo que vincula el atractivo físico con atributos positivos como la inteligencia y la confiabilidad. El estudio utiliza una muestra diversa de 462 imágenes de rostros reales y datos de 2.748 participantes, y ofrece la primera perspectiva independiente a gran escala sobre la conexión entre los filtros de belleza, los sesgos sociales y las preocupaciones éticas en la era digital.
"Las personas parecen más inteligentes, confiables, felices y sociables cuando sus imágenes fueron mejoradas con los filtros"
Entre los hallazgos clave del estudio de ELLIS se relatan algunos como que la aplicación de filtros de belleza conduce a calificaciones de atractivo universalmente más altas; o que las personas parecen más inteligentes, confiables, felices y sociables cuando sus imágenes fueron mejoradas con los filtros; o, por ejemplo, que las personas más jóvenes y las mujeres fueron percibidas como más atractivas que las personas mayores y los hombres, y las mujeres se beneficiaron significativamente más de los filtros en cuanto a atractivo.
La etnia, según la investigación de ELLIS Alicante, no mostró ningún impacto en el atractivo percibido o la efectividad del filtro. En cambio, los hombres fueron calificados como más inteligentes que las mujeres, y la brecha se amplió después de la aplicación de filtros de belleza. Esto indica, según ELLIS, que los filtros pueden reforzar y amplificar inadvertidamente los sesgos de género.
"Estos hallazgos subrayan la necesidad de pautas regulatorias y conciencia pública sobre el uso de tales tecnologías"
El primer autor del estudio, Aditya Gulati, dice que la investigación "plantea cuestiones éticas críticas sobre la transparencia, la autenticidad y el refuerzo no intencionado de los sesgos sociales. Estos hallazgos subrayan la necesidad de pautas regulatorias y conciencia pública sobre el uso de tales tecnologías".
La belleza importa, incluso cuando sabemos que el atractivo físico no está correlacionado con otros rasgos mensurables, como la inteligencia. De hecho, décadas de investigación en varias disciplinas, incluidas la sociología, la psicología, la economía del comportamiento y la ciencia organizacional, han descubierto que las percepciones del atractivo afectan profundamente los juicios sociales que hacemos: los seres humanos tienen un sesgo positivo hacia las personas que son percibidas como físicamente atractivas.
Y para quien quiera hurgar en los entresijos del estudio, y entender bien sus implicaciones sociales, aquí os dejo el enlace de la investigación publicada en Royal Society.