El gigante estadounidense de los semiconductores, Intel, ha paralizado sus planes para construir una megafábrica de 25.000 millones de dólares en Israel ante la compleja situación del país por la guerra que mantiene con Palestina.
Este proyecto, que prometía fortalecer significativamente la presencia de Intel en la región, ahora se enfrenta a un futuro incierto debido a ajustes en los cronogramas y la dinámica del mercado.
Anunciada oficialmente en diciembre del año pasado, la nueva planta de Intel en Kiryat Gat representa una de las inversiones más grandes en la historia de la compañía en Israel. Como parte del acuerdo con el gobierno israelí, Intel estaba programada para recibir incentivos por 3.200 millones de dólares a cambio de compromisos significativos, incluyendo la compra de productos y servicios locales por valor de 60.000 millones de shekels durante la próxima década (unos 15.000 millones de euros).
En respuesta a los informes sobre la suspensión del proyecto, Intel ha emitido un comunicado en el que asegura que "Israel sigue siendo uno de nuestros principales centros globales de fabricación e investigación y desarrollo, y mantenemos nuestro compromiso con la región”.
En este sentido, señala que “la gestión de proyectos a gran escala, especialmente en nuestra industria, a menudo requiere adaptaciones a los cronogramas debido a varias circunstancias. Nuestras decisiones se basan en las condiciones del negocio, la dinámica del mercado y una gestión responsable del capital".
Los proveedores de Intel en Israel han recibido notificaciones sobre la cancelación de contratos
La pausa en el proyecto ha tenido repercusiones inmediatas. Los proveedores de Intel en Israel han recibido notificaciones sobre la cancelación de contratos para el suministro de equipos y materiales necesarios para la construcción de la nueva planta.
En marzo, se informó que OPC, una empresa controlada por Idan Ofer, construiría una planta de energía para Intel en Kiryat Gat con una inversión de hasta 900 millones de dólares. Este proyecto estaba destinado a suministrar electricidad a la nueva planta de Intel durante 20 años, con la construcción prevista para completarse en 2026.
Además, se ha conocido que varios altos funcionarios de Intel en Israel han sido transferidos a una nueva fábrica que la empresa está estableciendo en Ohio. Este movimiento forma parte del programa estadounidense para incentivar la creación de fábricas de chips en el país, demostrando la estrategia global de Intel para diversificar y expandir su capacidad de producción.
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