La aprobación de la ley en la Cámara Baja ha contado con un apoyo de ambos partidos y una mayoría abrumadora. Con 352 votos a favor y 65 en contra, la propuesta obtuvo el respaldo de miembros tanto republicanos como demócratas.
Ahora, el destino de la legislación queda en manos del Senado, donde su tramitación no está asegurada. Sin una fecha clara para el debate y la votación, persisten dudas sobre si logrará obtener las mayorías necesarias. En caso de superar este obstáculo, el presidente Joe Biden ya anunció la semana pasada que respaldará la ley con su firma.
Guerra de Estados Unidos contra TikTok
La red social TikTok ha sido objeto de controversia desde 2020, enfrentándose a acusaciones de ser un brazo del Partido Comunista de China y representar un riesgo para la seguridad nacional estadounidense debido al posible uso de datos por parte del gobierno chino. Aunque TikTok opera localmente en EE.UU., con sede en Los Ángeles, ha afirmado que no compartiría datos de usuarios con China y ha negociado salvaguardas con las autoridades estadounidenses.
El proyecto de ley exige que TikTok se separe de su empresa matriz china, ByteDance, y ha generado debate sobre su posible inconstitucionalidad al infringir la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de expresión. Entre los legisladores opuestos a la ley se encuentran algunos democratas y el expresidente Donald Trump, quien un cambio significativo durante su administración en 2020 intentó sin éxito retirar a TikTok del catálogo de aplicaciones móviles y ordenó a ByteDance venderla en un plazo de 90 días.
TikTok, a través de fuentes internas, ha criticado el proceso, alegando que se llevó a cabo en secreto y ha denunciado el proyecto de ley como una prohibición. Además, la empresa hizo un llamado al Senado para considerar los hechos y escuchar a los 170 millones de estadounidenses y las 7 millones de pequeñas empresas que utilizan su servicio.
A pesar del respaldo de Biden a la legislación, él mismo inauguró su cuenta en TikTok el mes pasado, evidenciando la importancia de conectar con el electorado joven, que se ha vuelto una audiencia crucial en la política estadounidense.