En este contexto, una de las medidas incluidas en el texto busca hacer frente a situaciones de crisis y, en especial, crear una reserva estratégica que esté basada en “capacidades nacionales de producción industrial”, de este modo se ha establecido una serie de productos considerados como “recursos de primera necesidad y carácter estratégico” entre los que se encuentran los componentes electrónicos, los materiales estratégicos, maquinaria de alta tecnología, aeronáutica, semiconductores, química esencial, equipos agrarios avanzados, tecnología de la comunicación y equipos sanitarios, entre otros.
Por ello, en la nueva regulación el Gobierno asegura que se actuará con una triple orientación. En primer lugar, identificar los recursos industriales esenciales; en segundo lugar, garantizar el suministro de todos estos bienes y servicios de primera necesidad y carácter estratégico; y en tercer lugar, salvaguardar la base industrial que suministra recursos de primera necesidad y carácter estratégico.
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De este modo, el Gobierno trabajará para vigorizar la industria y las reservas estratégicas de elementos como los semiconductores que serán claves en las futuras crisis para el mantenimiento de la industria, los servicios esenciales, los suministros y los derechos y libertades de la ciudadanía.
Asimismo, el texto hace hincapié en la importancia de aumentar la autonomía estratégica de la Unión Europea, sobre todo, en materias primas y componentes esenciales de las cadenas de valor industrial, motivo por el que se impulsará la diversificación de la producción y el suministro, el mantenimiento de reservas y el impulso a la producción e inversión en Europa.