Elegante, minimalista, con un juego de materiales donde la laca negra resalta por los marcos cromados que la bordean, el Motorola V80 es un terminal pensado para impactar. Con unas medidas de 99x45x22.7 mm, líneas ovaladas, antena integrada, un peso de 108 g., un volumen de 83cc. y un teclado de nueve botones alfanuméricos, dos multifunción (colgar y descolgar) y un navegador de cinco posiciones situado en la tapa y bajo una pantalla TFT de 65 mil colores y 176x220 píxeles de resolución, cuenta con una característica de distinción, o más propiamente explicado, una peculiaridad que lo distingue de los demás celulares de la marca y de la gama: su apertura giratoria. Si es verdad que no es el único terminal del mercado en el que, con un golpe de dedo, se activa la tapa semiautomática y se despliega 180 grados; también lo es que es el primero que permite una posición intermedia de 90º para facilitar las tomas fotográficas en vertical u horizontal sin tener que girar el terminal y con una sola mano.
Personalización total Pero a esta peculiaridad se suma otra que cuenta con grandes adeptos en el mercado: la personalización. Dentro del menú, del que hablaremos posteriormente, encontramos la función ‘configuración’ y dentro de ésta, ‘personalización’; entonces...comienza el espectáculo. Para empezar, podemos regular a nuestro gusto lo que Motorola denomina “luces disco”. Y es que todo lo que en apariencia parece, simplemente, un borde cromado que rodea la tapa como embellecedor, en realidad es un círculo de leds de luces de colores que se mueven al ritmo de los sonidos internos y, lo que es más llamativo, al ritmo de los sonidos que nos rodean; de forma que, si sacamos el teléfono en una disco, por ejemplo, sus luces girarán al son de la canción que suene (para probarlo basta activar la función; marcar las pautas deseadas y acercarlo al altavoz de nuestro equipo de música). Dentro de esos parámetros mencionados, tenemos el “patrón”, que nos ofrece una carta de once colores y juegos de luces diferentes; el “temporizador” para indicar cuánto tiempo queremos que nuestro teléfono baile (entre uno y diez minutos) y “sensibilidad”, con una escala del uno al siete, de mayor a menor, para indicar con que grado de, como su nombre indica, sensibilidad, queremos que le terminal capte los sonidos. “Pantalla principal” nos aporta, igualmente, tres posibilidades: “teclas” nos da a elegir si queremos ver en la pantalla inicial los iconos que se corresponden con los accesos directos seleccionados para cada una de las posturas del navegador y que se pueden asignar en este mismo panel, al igual que los botones multifunción derecho e izquierdo. “Diseño” ofrece dos selecciones: centrado, o justificado a la izquierda. “Reloj” facilita otras dos alternativas: formato analógico o digital. En tercer lugar, cabe personalizar el menú principal desplegándolo bien por iconos, bien a través de una lista; y la función “reorganizar” nos faculta para dar el orden que queramos al mismo. A la hora de elegir el fondo de nuestro teléfono cuando está abierto, se puede optar por una de las imágenes que hemos capturado previamente con nuestro propio terminal y dar la orden de que se disponga en el centro, en mosaico o ajustada a la pantalla. Otro tanto es factible hacer con el fondo dispuesto para el teléfono cerrado. ¿Y qué puede ocurrir cuando pulsamos para que se active la tapa? Pues que puede sonar o no, moverse la imagen mientras cambia de postura o no; y si preferimos oír un tono, este se puede elegir entre cinco diferentes. “Estilo de color” asigna diferentes cromas a los marcos de los submenús que se despliegan en pantalla. “Saludo inicial” nos abre una línea para escribir en ella aquello que queremos nos muestre el celular cuando lo encendemos y “animación” aporta múltiples y originales posibilidades para la pantalla en reposo, así como el tiempo de intervalo para que se apague o encienda.
Otros detalles
Ya fuera de “personalización”, encontramos el desplegable de configuración, antes mencionado, en el que tenemos otras oportunidades como la selección de timbres y todo lo que respecta a estos, o la asignación de un color para cada persona de la agenda (que por supuesto será el tono en el que se iluminen las luces cuando éste llame). Para reseñar algunos detalles técnicos que encontramos en este submenú, hay que señalar que el V80 es tribanda, transmite datos de forma inalámbrica a través de GPRS (clase 10), facilita las descargas con una máquina virtual Java configurable, y navega con un buscador WAP 2.0. También se entiende con otros tipo de dispositivos como el ordenador o el kit de coche, bien activando el Bluetooth, bien por cable serie o USB. No podemos terminar la prueba sin recordar que este Motorola reproduce vídeos de compresión MPG4, que cuenta con marcación, y grabación de notas de voz y, cuatro aplicaciones de serie: una para mostrar de formas diferentes las imágenes guardadas, otra para configurar un reloj mundial y dos juegos: (“Skippong Stones” y “HungryFish”).
Slide Show Slide Show es el nombre de una de las aplicaciones que el Motorola V80 equipa de serie. Su cometido es mostrar las imágenes guardadas, descargadas o registradas por nosotros mismos en el teléfono, pero lo hace “a gusto del consumidor”; ya que podemos decidir qué diapositivas queremos ver, el tiempo de intervalo para el cambio, si la transición se realiza de forma aleatoria o prefijada, a qué velocidad, con qué orientación, si lleva o no cortinilla, etc. Un detalle curioso y práctico cuando queremos mostrar a nuestros amigos los recuerdos captados con este V80 que equipa cámara VGA con zoom 4x.