Microsoft ha confirmado una inversión cercana a 80.000 millones de dólares para la construcción y ampliación de centros de datos enfocados en cargas de trabajo de inteligencia artificial.
Según Brad Smith, presidente de la compañía, más de la mitad de ese presupuesto se destinará a instalaciones en Estados Unidos, con el objetivo de mantener la competitividad en un mercado en expansión constante. Este movimiento se enmarca en la tendencia global de los principales actores tecnológicos por reforzar sus infraestructuras a fin de responder a la creciente demanda de recursos para entrenar y desplegar modelos avanzados de IA.
La estrategia de Microsoft se fundamenta en la idea de que Estados Unidos dispone de un entorno propicio para el desarrollo de la IA, impulsado por la innovación de startups y corporaciones consolidadas. Smith señala que el país ya lidera esta carrera, pero advierte que hace falta una política gubernamental equilibrada para no frenar el potencial de la industria privada.
El ejecutivo insiste en la importancia de evitar regulaciones desproporcionadas, en un claro dardo a la regulación europea
El ejecutivo insiste en la importancia de evitar regulaciones desproporcionadas, en un claro dardo a la regulación europea, y de apostar por una política de control de exportaciones que proteja la seguridad nacional sin obstaculizar la capacidad de las empresas estadounidenses para suministrar tecnología a naciones aliadas.
El directivo ha expuesto su perspectiva en medio de la segunda toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, resaltando la necesidad de promover medidas a escala federal que impulsen la formación de profesionales capacitados en IA. Según Smith, esta combinación de talento y soporte gubernamental podría consolidar aún más la posición de Estados Unidos en la competencia con otros polos tecnológicos, como China.
El gigante asiático se mantiene activo en la construcción de centros de datos en países en desarrollo, ofreciendo subsidios y condiciones favorables. Para Microsoft, el desafío no consiste en criticar las prácticas chinas, sino en acelerar la adopción de IA estadounidense a través de productos fiables y colaboraciones internacionales sólidas.
Expansión de la infraestructura
Los datos financieros de la compañía reflejan un incremento en los gastos de capital, con expectativas de que la inversión en propiedad y equipamiento aumente alrededor de un 42% en el próximo año fiscal. Esta ampliación atenderá la demanda de Azure y sus servicios en la nube, pero también las necesidades de socios como OpenAI o Anthropic, que requieren grandes cantidades de potencia de cálculo para ejecutar y entrenar modelos de aprendizaje profundo. La proliferación de aplicaciones basadas en IA, especialmente en el ámbito de modelos generativos, ha estimulado una competencia intensa por adquirir GPU de gama alta y disponer de redes de centros de datos de gran capacidad.
Microsoft considera que el desarrollo de la IA requiere una infraestructura robusta y el apoyo de un entorno regulatorio favorable. Para la compañía, la clave está en equilibrar la seguridad nacional y la flexibilidad en el mercado global, lo que permitiría compartir avances tecnológicos con aliados y, a la vez, mantener la competitividad frente a propuestas emergentes. La compañía confía en que la expansión de sus centros de datos proporcione la base técnica que demandan las nuevas aplicaciones de IA. Asimismo, su experiencia en la nube refuerza la apuesta por servicios y plataformas capaces de procesar enormes volúmenes de datos.