Existen una multitud de estudios que reflejan cómo el sector digital, donde se incluyen los centros de datos, el tráfico de Internet y el uso de teléfonos inteligentes, televisores y otros dispositivos digitales, emite un 50% más de gases de efecto invernadero que toda la industria de la aviación.
Por su parte, Jorge Vázquez, director general de Nutanix en España y Portugal ha explicado que “la tecnología digital es la responsable de alrededor del 6% de las emisiones de CO2 procedentes de procesos industriales. Aunque aparentemente no nos lo parezca, una videollamada, una descarga en la consola o el acceso a cualquiera de las plataformas de streaming para ver nuestra serie o película favorita, necesitan de un gran consumo de energía y provocan emisiones industriales asociadas a la producción y fabricación inicial de todos nuestros dispositivos y sistemas digitales”.
Además, a esto se suma el lanzamiento de nuevos smartphones que cada vez ofrecen características más atractivas, lo que hace que muchas personas dejen de lado su dispositivo actual y se compren el más “nuevo del mercado”. La fabricación de dispositivos móviles requiere un consumo eléctrico muy alto.
Cómo disminuir la huella de carbono digitala
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Los centros de datos representan alrededor del 20% de las emisiones indirectas de la mayoría de las organizaciones
Por su parte, los centros de datos representan alrededor del 20% de las emisiones indirectas de la mayoría de las organizaciones. Esto engloba emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a la compra de electricidad, vapor, calor o refrigeración, que se producen físicamente en las instalaciones. Las necesidades energéticas de los centros de datos y las infraestructuras digitales aumentan constantemente. Tanto es así, que, desde 2010 el número de usuarios de Internet se ha duplicado, el tráfico de Internet se ha multiplicado por 15 y las necesidades de almacenamiento por cinco.
Infraestructuras hiperconvergentes
Afortunadamente, no todo es negativo, ante este panorama de transformación digital, las empresas están apostando por tecnologías innovadoras, como las infraestructuras hiperconvergentes (HCI), que ayudarán a disminuir el consumo de energía y la huella de carbono de los centros de datos, ya que cuentan con el potencial de aprovechar los avances tecnológicos en diferentes ámbitos y reducir el consumo de carbono en áreas clave.
Para finalizar, Jorge Vázquez, ha explicado que “debemos apostar por la transformación de los centros de datos tradicionales de tres niveles en arquitecturas de nueva generación para cumplir los objetivos de neutralidad climática. Las infraestructuras hiperconvergentes serán claves para reducir el consumo de energía y la huella de carbono gracias a su capacidad de automatización, sus innovadores sistemas de refrigeración y el uso de energías renovables. Además, hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la reducción general de los componentes de hardware supone la eliminación de toda una red SAN, lo que tendrá un impacto positivo e inmediato en la reducción de las emisiones”.