Cuando la conexión a Internet falla, los navegadores ofrecen opciones para entretener a los usuarios. Además del conocido dinosaurio de Google Chrome, Microsoft Edge cuenta con su propia versión, Edge Surf, un juego en el que se debe surfear evitando obstáculos y huyendo de un pulpo gigante.
Con gráficos mejorados y distintos modos de juego, esta alternativa ha ganado popularidad tras la desaparición de Internet Explorer. Su jugabilidad sencilla y adictiva convierte a Edge Surf en una opción destacada para quienes buscan una distracción mientras esperan recuperar la conexión.