La compañía ha anunciado en un comunicado que entre los procesadores afectados por los fallos, tres variantes del método llamado L1 Terminal Fault o L1TF, se encuentran algunos de la familia Core y Xeon, que son de las más comúnmente utilizados.
Los fallos son tres variantes del método llamado L1 Terminal Fault o L1TF.
No obstante, Intel asegura que, por el momento, no ha llegado a su conocimiento ningún informe de ataque sobre los exploits reales.
A pesar de eso, el fabricante subraya la necesidad de que todos cumplan con “las mejores prácticas de seguridad” y por ello, también ha lanzado una serie de actualizaciones para abordar el problema y reducir los riesgos para los usuarios, tanto para clientes particulares como para los centros de datos.
No es la primera vez que la compañía revela vulnerabilidades de este tipo, que permitirían robar información sensible de los dispositivos que contienen los chips de Intel. Si bien en otras ocasiones los defectos han afectado los procesadores de otros fabricantes, Advanced Micro Devices (AMD) ya ha confirmado que sus productos no están en riesgo.