En este aspecto, Jakub Kroustek, director de Investigación de Malware de Avast, ha señalado que "las amenazas de las que protegemos a nuestros clientes están diseñadas para perseguir su información personal y su dinero, poniéndolos en peligro. Los riesgos que encuentran amenazan su derecho a utilizar Internet con seguridad y confianza".
Los países con mayor ratio de riesgo son los que se encuentran en situaciones sociopolíticas más inestables
En esta línea, es importante destacar que, los países con mayor ratio de riesgo son los que se encuentran en situaciones sociopolíticas más inestables (Oriente Medio, Asia, África y Europa del Este). El motivo de este mayor ratio de riesgo podría deberse al hecho de que estos usuarios tienen un acceso limitado a los contenidos, lo que les obliga a recurrir a canales no seguros para acceder a contenidos bloqueados. Además, la infraestructura digital de estos países tiende a tener niveles más bajos de seguridad. A continuación, otro hecho que puede explicar los resultados de los ratios es que estas regiones se caracterizan por un menor nivel de educación en cuanto a las mejores prácticas de ciberseguridad entre los usuarios de ordenadores.
En cuanto a los principales tipos de malware a los que se enfrentaron los consumidores españoles en 2021 son: troyanos (30.79%), infectores de archivos (14.08%), adware (12.76%), droppers (8.85%), PWS (8.23%), minería de monedas (6.51%), gusanos (5.79%), RATs (3.06%), estafas (2.21%) y exploit (1.72%)
“Estos programas son como navajas suizas, capaces de realizar más de una acción”
Por su parte, Jakub Kroustek ha señalado que "en el pasado, los programas maliciosos solían estar diseñados para realizar una sola acción maliciosa. Hoy en día, estos programas son como navajas suizas, capaces de realizar más de una acción, y, a menudo, están diseñados para ofrecer más programas maliciosos, que pueden causar más daños. Aunque los ataques de ransomware persistieron en 2021, el ransomware no pertenece a las principales amenazas digitales a las que se enfrentan los usuarios domésticos. El ransomware es solo la punta del iceberg de las amenazas generales a las que se enfrentan, tanto los usuarios domésticos, como las empresas en todo el mundo. Sin embargo, si el ransomware ataca, puede causar un daño significativo, por lo que se discute y se teme tanto, a pesar de su relativamente baja participación general entre las amenazas."
España, fuera de los 10 países con mayores riesgos de ciberseguridad
Siguiendo esta línea, Jakub Kroustek también ha apuntado que "aunque las empresas corren menos riesgo de sufrir una amenaza que los consumidores, a menudo tienen más que perder si son víctimas. Las amenazas digitales ponen en juego la productividad, los beneficios y la reputación de las empresas. Un ataque puede costar a una empresa la rentabilidad, la productividad o la totalidad del negocio, dependiendo de la gravedad. Hemos observado un descenso en los ataques de ransomware a finales del año 2021 como resultado de la cooperación coordinada de naciones, agencias gubernamentales y proveedores de seguridad para hacer frente a las bandas de ransomware. Por desgracia, la guerra en Ucrania podría extenderse al mundo cibernético, como hemos visto en el pasado, y las empresas de todo el mundo podrían verse afectadas".
Los países donde los usuarios empresariales tienen más riesgo de encontrarse con amenazas siguen el siguiente orden: Vietnam (37.80%), China (35.65%), Tanzania (35.29%), Pakistán (35.61%), Croacia (32.55%), Bulgaria (31.64), Mozambique (30.54%), Indonesia (30.29%), Bangladesh (30.07%) y Taiwán (29.78%).
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Por otro lado, los diez países con menor riesgo de sufrir amenazas son: Suecia (9.52%), Noruega (10.86%), Luxemburgo (11.24%), Irlanda (11.52%), Reino Unido (11.71%), Alemania (11.83%), Puerto Rico (11.86%), Países Bajos (11.86%), Suiza (12.00%) y Estados Unidos (12.60%).
Finalmente, los empresarios corren menos riesgo que los usuarios domésticos de encontrarse con amenazas, ya que, normalmente tienen capas de protección establecidas, y sus redes y dispositivos suelen estar gestionados por profesionales de la seguridad informática, lo que evita que se encuentren con amenazas de entrada.