El sector de infraestructura en la nube, liderado por gigantes como Microsoft Azure y Amazon Web Services (AWS), atraviesa un momento de revisión estratégica en medio de una creciente presión económica y demandas fluctuantes.
Ambas compañías han iniciado procesos de ralentización o pausa en proyectos tempranos relacionados con la construcción y expansión de centros de datos, una decisión que plantea preguntas sobre el ritmo real del crecimiento en la era de la inteligencia artificial generativa.
El pasado 10 de abril, Noelle Walsh, presidenta de operaciones cloud e innovación en Microsoft, confirmaba públicamente que la empresa está “ralentizando o pausando algunos proyectos de infraestructura de centros de datos en fase inicial”. En una publicación en LinkedIn, la ejecutiva matizó que estos ajustes responden a decisiones estratégicas informadas por señales de demanda a corto y largo plazo.
Por su parte, AWS ha seguido una línea similar. Según una nota de analistas de Wells Fargo citada por CNBC, la compañía habría pausado parte de sus negociaciones de arrendamiento, especialmente en proyectos internacionales de colocation. Aunque no se han cancelado compromisos previamente firmados, sí se ha optado por posponer nuevos acuerdos, reflejando un enfoque más conservador en la planificación.
Presión financiera y reajustes de capital
Estos movimientos llegan en un momento donde las grandes tecnológicas están sometidas a crecientes presiones macroeconómicas. La incertidumbre generada por políticas como los aranceles propuestos sobre importaciones de equipamiento tecnológico, sumada a la necesidad de contener costes, han afectado al rendimiento bursátil de los gigantes del cloud con caídas de hasta un 25% en el caso de Amazon y del 15% para Microsoft.
Andy Jassy, CEO de Amazon, también ha negado públicamente que se estén recortando las inversiones en centros de datos
La situación contrasta con los mensajes oficiales de continuidad. Kevin Miller, vicepresidente global de centros de datos en AWS, ha señalado en LinkedIn que no hay cambios fundamentales recientes en sus planes de expansión y que se trata de una “gestión rutinaria de capacidad”. Por su parte, Andy Jassy, CEO de Amazon, también negó públicamente que se estén recortando las inversiones en centros de datos.
La expansión sin precedentes de la infraestructura cloud en los últimos tres años responde al auge de la inteligencia artificial generativa y a la necesidad de asegurar recursos críticos como las GPU de Nvidia. En este escenario, tanto Microsoft como Amazon han anunciado inversiones millonarias —solo Microsoft prevé gastar más de 80.000 millones de dólares en 2025—, pero el ritmo y la prioridad de estos desembolsos parecen estar reevaluándose. El mensaje es claro: el crecimiento continúa, pero con mayor cautela.