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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
martes 18 de marzo de 2025, 10:00h

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No hace falta hacer referencia a filósofos decimonónicos, ni al tantas veces suplantado Pérez Reverte; trabajamos en un sector de mentes brillantes donde la mayoría de las conversaciones podríamos sacar ‘citas para la historia’ y, sobre todo, para nosotros mismos.

En mi opinión, a lo largo de las últimas semanas, esas que generan información para todo el año al concentrarse el mundo de las telecomunicaciones en un solo punto del planeta, se ha hablado por encima de otras muchos temas de interés -como el despliegue de 5G, la necesidad de frecuencias, el todo IA, siempre Huawei, Wifi 7 y 8, el camino a la cuántica o los agentes inteligentes-, de la integración entre los humanos y las máquinas y de los cambios en Telefónica con Chema Alonso como protagonista y principal.

Y fue Juan Zafra, director de CLABE y de la revista TELOS, quien acuñó para mi posteridad el término Sociedad Humáquina, y la consideración de que sólo haciéndonos más humanos podremos integrarnos con los aparatos. Y yo no puedo estar más de acuerdo en lo de la humanidad o la carencia de ella porque, entre los temas que tenía en mente escribir, destacaba el extraño comportamiento que tenemos los españoles ante determinadas situaciones. Aquí lloramos mejor que nadie a los muertos, responsabilizamos a otro de cualquier hecho que debiera recaer sobre nuestra espalda o conciencia, y gozamos con el mal ajeno si ese ajeno ha conseguido éxitos que nosotros nunca podremos alcanzar (popularmente, siempre se ha denominado envidia). Vamos, que bailamos como nadie sobre la tumba del caído.

Los cotilleos sobre Chema Alonso

¿Por qué digo esto? Porque desde el día que llegamos a Barcelona para cubrir el Mobile World Congress, los rumores que corrían de mesa en mesa y de corrillo en corrillo eran mayoritariamente sobre unos artículos, a mi juicio engañosos y en algunos casos desinformados, que se habían escrito sobre Chema Alonso, aún CEO de Telefónica Innovación Digital, candidato en ese momento a la destitución inminente.

No seré yo quien diga que estoy en total desacuerdo con algunas afirmaciones de los escritos, pero me parece infame aprovechar la caída de alguien o incluso adelantar por encargo de algún ejecutivo su cese, con el fin de crear una corriente de animadversión entorno a una persona a quien, hasta ahora, con mayor o menor énfasis, eran muchísimos los que le hacían la ola. No en vano era persona de confianza y en ocasiones una extensión del expresidente José María Álvarez-Pallete.

En Microsoft no son tontos

Me permitiría invitar a los autores del descrédito y los rumores a hacer una reflexión, ya que, en los mismos días en que se hablaba por lo bajo de si Chema era de Móstoles y ahora vivía en La Finca (a mí me parece una suerte y me hubiera gustado poder hacerlo, ya que he sido incapaz de mantener el estatus que con mucho trabajo diario me dieron mis padres), el nuevo presidente de Microsoft España, Francisco Salcedo, subía al estrado del Ágora de Telefónica en el MWC 2025 y reconocía el esfuerzo del operador “en la apuesta por la cuarta plataforma y otros proyectos innovadores como Aura y Kernel y destacó cómo la evolución de estos proyectos ha permitido su expansión a gran escala” (Zonamovilidad, 07-03-2025)

Palabra de presidente de Microsoft, que como bien sabemos, es una empresa cuyos directivos se caracterizan por su brillantez y lo afirmó, como hicieron años antes sus antecesores, delante de Alonso y de todo el que quiso oírlo, ya que las gradas estaban llenas y el directo se transmitía por línea interna. ¿Podría ocurrir que desde el punto de vista técnico se nos escapa algo por falta de conocimientos?

Qué es la Cuarta plataforma

Siempre me sentí privilegiada porque José María Alvarez-Pallete me explicó personalmente su teoría de las plataformas, la cual trabajaba y documentaba para su tesis doctoral; pero tampoco reviste mucha dificultad: dentro de la compañía y de su proceso de digitalización, hubo una primera capa, una primera plataforma necesaria para que la empresa diera un paso hacia el futuro y fuera competitiva: la modernización de la red. Sobre una red, que presume de ser de las mejores del mundo, se realizó un segundo nivel de trabajo (la segunda plataforma), que fue la virtualización de esa red, la gestión digital de la misma, y para consolidar ese trabajo y llevar la compañía al siglo XXI se trabajó muy duramente. Consolidada la red y su gestión, se han creado a lo largo de los años productos y servicios que ponen al cliente en el centro de la gestión (la tercera plataforma). Esos servicios y productos arrojan millones y millones de datos que antes no se utilizaban y que ahora se alojan en la nube de Microsoft (Azure) y desde allí se trabaja para darles utilidad (esa es la cuarta plataforma, no un invento de Chema).

Dónde está el problema

"Puede que ese look, esa actitud, esa facilidad de palabra y esa fama adquirida hayan supuesto más en el presupuesto de marketing de la telco que muchas de las inversiones del departamento correspondiente"

Donde reside el problema es en que, a esos datos se pretendió aplicar algoritmos de IA que debían dar servicios y control sobre sus datos a los clientes; de ahí el nacimiento de Aura y como deriva de la misma Movistar Home y ese sí sido un gran fracaso. Pero Telefónica tiene un presidente, un Consejo y muchos directivos que toman decisiones tanto financieras como de gestión. No se puede culpar de todos los males de la Tierra a una persona porque lleve gorro, haya trabajado su marca personal como nadie en este país, haya ganado dinero, haga de speaker de Telefónica, sea un poco sobrado, presuma de ínfulas yankees y no sólo vaya de influencer (que lo es y mucho), sino que cobre por ello. Precisamente, puede que ese look, esa actitud, esa facilidad de palabra y esa fama adquirida hayan supuesto más en el presupuesto de marketing de la telco que muchas de las inversiones del departamento correspondiente y, sin lugar a duda, ha supuesto un soplo de modernidad y una atracción para el ecosistema de start up que crecen al abrigo de la entidad. Baste recordar, como ejemplo, la operación de Bit2me, que pinta mucho más que bien.

Otro inmenso error, desde mi punto de vista y basándome en lo que he leído, es adjudicarle y criticar Open Gateway, una iniciativa impulsada por la GSMA, con la que están trabajando casi todos los operadores de telecomunicaciones y que no voy a explicar por no extenderme, pero sobre lo que es muy fácil ilustrarse.

Los grandes fiascos

A lo largo de su historia, Telefónica ha gastado muchísimo dinero en proyectos cuyo ROI es menor que cero. Pero, no sólo en tiempos de Alonso. Antes tuvimos otros como Keteké; los terminales de Telefónica Servicios Móviles y el propio proyecto de su fabricante, Vitelcom; las anunciadas cabinas de carga eléctrica para los coches; la compra de Tuenti; Movistar Bq… las Telefónicas de Iberoamérica… podríamos hacer una larga lista que, simultáneamente, hay que reconocer que no han sido errores voluntarios, sino proyectos que pretendían llevar a la empresa por la senda del crecimiento, de la modernidad y la innovación y sacarlo, con mayor o menor acierto, del contexto de operador telefónico del siglo pasado.

He de reconocer, con sinceridad, que conmigo personalmente, Chema Alonso y todo el equipo saliente, liderado por José María Álvarez Pallete, al igual que el anterior y el anterior, ha sido muy deferente, me ha facilitado el trabajo, nunca me ha negado una explicación, ha encajado preguntas críticas y nunca ha dejado de dedicarme una sonrisa, lo cual he agradecido.

El desembarco del PSOE

Además, ¿de qué nos escandalizamos? ¿Contra qué o contra quién disparamos? Hay muchos políticos salientes y personajillos del panorama nacional que han trabajado de ‘abre puertas’ en la compañía cobrando mucho y aportando poco -que se sepa-.

"El Partido Socialista ha desembarcado con toda su fuerza en una empresa que debería ser neutral"

Hoy, Telefónica ya no es una entidad privada, la operación de STC Group nos pilló a todos por sorpresa (bueno, yo creo que a todos no); y el ‘rescate’ del Gobierno para mantener el control patrio de nuestras comunicaciones parecía lógico, hasta que ese concepto de control patrio ha pasado a mayores y el Partido Socialista ha desembarcado con toda su fuerza en una empresa que debería ser neutral. Todo parece indicar que es un patrón que se repite.

Dicen que Marc Mutra es brillante y muy trabajador, quien ha trabajado con él habla de sus habilidades profesionales, no tanto de las sociales; pero como a todos sus predecesores los seguiremos con criterio objetivo y le aplaudiremos los éxitos, tanto como le demandaremos sus errores, que seguro que los tendrá.

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