Un dato bastante interesante del estudio es que revela que en 2025 se habrá superado los 4.400 millones de usuarios de monederos digitales. En el caso de las tarjetas bancarias el 98% de los bancos tradicionales y el 80% de los neobancos creen que coexistirán con las tarjetas bancarias dado su simbolismo para los clientes como elemento de conexión con su entidad. Según esta investigación, la experiencia del cliente con su banco, tanto en el entorno físico como en el digital, es una de las estrategias clave para el 47% de los neobancos, frente al 17% de bancos tradicionales.
En otra línea, el aumento de las ofertas digitales está provocando el crecimiento exponencial de los datos sobre los clientes. Para el 98% de los encuestados es importante disponer de capacidad para gestionar, analizar e integrar toda esa información. Por otro lado, el 27% de los ejecutivos de los neobancos creen que la falta de confianza de sus clientes es un problema importante, en comparación con sólo el 3% de los bancos minoristas con sucursales físicas.
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Además, para ambos tipos de entidades un aspecto fundamental de cara al futuro es el foco en el cliente y ello supone un reto para el 47% de los directivos de los neobancos y para el 57% de las entidades tradicionales. Por su parte, tanto banca tradicional como digital confirman que sus clientes deben tener una experiencia de relación similar, sea cual sea el canal de contacto que usen y que todos ellos deben de estar interconectados. Este objetivo es estratégico para el 43% de la banca tradicional y el 60% de los neobancos.
Finalmente, el estudio refleja que el 20% de los bancos tradicionales cree que para conseguir estos objetivos es fundamental hacer crecer su capacidad de automatización, el uso de plataformas en la nube flexibles y escalables e integrando procesos empresariales ágiles. En el caso de los neobancos, este procentaje se sitúa en el 7%.