En la historia de la tecnología y las telecomunicaciones, los nombres de grandes inventores suelen eclipsar a figuras menos conocidas, pero igualmente visionarias. Uno de estos casos es el de Ángela Ruiz Robles, una maestra e inventora española que, en plena posguerra, imaginó un dispositivo que hoy podría considerarse el precursor del libro electrónico.
Aunque la invención del eBook suele atribuirse a Michael Hart en 1971 con su Proyecto Gutenberg, la historia de la digitalización de los libros comienza mucho antes. En 1949, la española Ángela Ruiz Robles patentó un dispositivo mecánico que permitía almacenar y leer contenido educativo de forma compacta e interactiva.
Su "Enciclopedia Mecánica" buscaba reducir el peso de los libros escolares y adaptarse a las necesidades de los estudiantes, un concepto que, décadas más tarde, se materializaría en los modernos lectores de libros electrónicos.
Una maestra con visión de futuro
Nacida en Villamanín (León) en 1895, Ruiz Robles desarrolló su carrera en el mundo de la enseñanza. Impulsó métodos pedagógicos innovadores, escribió numerosos libros de texto y llegó a dirigir escuelas. Su vocación la llevó a fundar una academia para adultos y a buscar soluciones que mejoraran la educación. Observando las dificultades de sus alumnos, concibió un sistema de aprendizaje basado en tecnología, adelantándose a su tiempo.
En 1949, patentó su primer "libro mecánico" y en 1962 registró un nuevo diseño con mejoras significativas
En 1949, patentó su primer "libro mecánico" y en 1962 registró un nuevo diseño con mejoras significativas. La Enciclopedia Mecánica consistía en un dispositivo con bobinas intercambiables, textos retroiluminados, sistemas de sonido y opciones interactivas. En su versión más avanzada, el diseño permitía cambiar los contenidos de manera sencilla, algo similar a lo que hoy ofrecen los eBooks.
A pesar del ingenio de su propuesta, Ruiz Robles no encontró apoyo financiero para llevar su idea a la producción en masa. Aunque recibió reconocimientos en Francia y Bélgica, ninguna institución en España apostó por su proyecto. En 1970, una oferta desde Estados Unidos pudo haber dado vida a su invento, pero la rechazó con la esperanza de que su país respaldara su trabajo. Lamentablemente, la financiación nunca llegó y su dispositivo quedó relegado al olvido.
Un reconocimiento tardío
Ruiz Robles falleció en 1975 sin ver su invento convertido en una realidad comercial. No obstante, su legado se ha ido recuperando con el tiempo. En la actualidad, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña conserva el único prototipo existente de su Enciclopedia Mecánica, una pieza clave en la historia de la tecnología educativa.
Hoy, con la omnipresencia de los libros electrónicos, su visión innovadora cobra un nuevo significado. En un mundo donde la digitalización de la información es una realidad, su nombre merece un lugar junto a los pioneros de la tecnología. En el Día Internacional de la Mujer, recordar su historia es también un reconocimiento al talento femenino que ha quedado en las sombras de la historia.