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Por Alfonso de Castañeda
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lunes 02 de diciembre de 2024, 09:00h

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El acceso a Internet sigue siendo un indicador clave del desarrollo socioeconómico a nivel mundial. Según el informe Facts and Figures 2024 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), 5.500 millones de personas están conectadas a Internet en 2024, lo que representa el 68 % de la población global.

Esta subida de 227 millones de usuarios respecto a 2023 muestra avances significativos, pero también resalta las profundas desigualdades que persisten en el acceso a la conectividad.

A pesar del aumento en el número de usuarios de Internet, un tercio de la población mundial, equivalente a 2.600 millones de personas, sigue desconectada. Estas cifras reflejan disparidades económicas y geográficas que dificultan el acceso a la red en las comunidades más vulnerables.

Según Doreen Bogdan-Martin, secretaria general de la UIT, el informe evidencia "dos realidades digitales" entre los países de altos ingresos y los de menores recursos.

En los países de ingresos bajos, solo el 27% de la población tiene acceso a Internet

En las economías desarrolladas, el 93% de la población está conectada, mientras que en los países de ingresos bajos, solo el 27% tiene acceso a Internet. Esta disparidad subraya la necesidad de esfuerzos más intensos para cerrar las brechas digitales y garantizar un acceso equitativo.

Desafíos en las áreas rurales

La desconexión afecta de manera desproporcionada a las zonas rurales. Mientras que el 83% de los habitantes urbanos utilizan Internet, solo el 48% de las personas en áreas rurales tienen acceso. De los 2.600 millones de personas desconectadas, 1.800 millones residen en zonas rurales. Este desequilibrio limita las oportunidades de educación, empleo y acceso a servicios básicos para una parte significativa de la población mundial.

“El mundo está avanzando hacia el acceso universal, pero lo hace a un ritmo demasiado lento. Debemos intensificar nuestros esfuerzos para eliminar las barreras que mantienen a millones de personas desconectadas”, advierte Cosmas Luckyson Zavazava, director de la Oficina de Desarrollo de Telecomunicaciones de la UIT.

Género y juventud, factores clave en la conectividad

El 70% de los hombres está conectado, frente al 65% de las mujeres

El informe también revela diferencias significativas en el uso de Internet entre hombres y mujeres. En 2024, el 70% de los hombres está conectado, frente al 65% de las mujeres. Aunque se ha avanzado hacia la paridad de género, estas mejoras son más lentas en los países menos desarrollados, donde las barreras culturales y económicas agravan las desigualdades.

En contraste, los jóvenes de entre 15 y 24 años tienen mayores tasas de conectividad, con un 79% de este grupo utilizando Internet, en comparación con el 66% del resto de la población. Este dato refleja un cambio generacional positivo, pero también destaca la necesidad de integrar a los segmentos de mayor edad en la sociedad digital.

El informe señala además que el acceso a Internet se ha vuelto más asequible en términos globales, aunque sigue siendo un lujo en muchos países de ingresos bajos. En estas regiones, una suscripción de banda ancha fija puede equivaler hasta un tercio del ingreso mensual promedio, lo que dificulta su adopción masiva. Esta barrera económica perpetúa las desigualdades y limita las oportunidades de desarrollo en comunidades desfavorecidas.

Avances en 5G y banda ancha móvil

La cobertura global de redes 5G alcanzará al 51% de la población mundial en 2024. Sin embargo, esta tecnología refleja nuevamente las desigualdades económicas. En los países de altos ingresos, el 84% de la población tiene acceso a redes 5G, mientras que en los países de bajos ingresos, esta cifra se reduce al 4%.

Además, el consumo de datos muestra disparidades similares. Mientras que el promedio de uso mensual de datos en países desarrollados es de 16,2 GB por suscripción, en las economías menos desarrolladas apenas alcanza los 2 GB. Este diferencial ilustra las limitaciones en el acceso a servicios avanzados en las regiones menos favorecidas.

“El progreso real en nuestro mundo interconectado no se trata solo de avanzar rápido, sino de asegurarnos de que todos avanzamos juntos”

Bogdan-Martin subraya la importancia de adoptar un enfoque inclusivo: “El progreso real en nuestro mundo interconectado no se trata solo de avanzar rápido, sino de asegurarnos de que todos avanzamos juntos”.

La UIT estima que las tecnologías digitales, incluida la conectividad, jugarán un papel crucial en la reducción de desigualdades y en la promoción del desarrollo sostenible. Para ello, se requiere un esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas y organismos internacionales para superar las barreras existentes y fomentar la inclusión digital.

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