Actualmente, los consumidores tienen que pagar más que hace unos meses por el mismo producto, o incluso comprar menos cantidad si quieren seguir gastándose el mismo dinero. Pero, este aumento no sólo tiene un impacto en la economía doméstica, el impacto emocional en los consumidores es bastante notable. En base a esto, una investigación realizada por la consultora The Cocktail ha señalado que el 55% de los españoles se siente frustrado o enfadado ante este contexto inflacionario. Por consiguiente, este análisis, realizado entre la población española con el objetivo de conocer cómo se sienten los consumidores y cómo afecta a sus hábitos de consumo, proporciona información relevante a las marcas sobre cómo adecuar sus mensajes a este contexto emocional.
“Existe la sensación generalizada de que lo que está pasando con la inflación es injusto con nosotros”
Por su parte, Álvaro Marín, responsable de Behavioral Economics en The Cocktail, ha explicado que “existe la sensación generalizada de que lo que está pasando con la inflación es injusto con nosotros, de ahí que los encuestados manifiesten sentirse con ira. Todo lo que nos toca el bolsillo provoca que nos enfademos”.
Además, el 95% de la población española están bastante preocupados, y muy pocos confirman sentirse confiados ante el panorama actual como el del futuro. Asimismo, el 57% de los encuestados está convencido de que la inflación española, lejos de tocar techo, seguirá teniendo está pendiente ascendente, es decir, a finales de este mismo año los precios podrían encarecerse hasta en un 15%.
En base a esto, Álvaro Marín ha explicado que “las expectativas son negativas y esto es muy preocupante, porque estas son a veces más importantes que la propia situación actual en su impacto en los hábitos de consumo”.
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Internet y Móvil
Paralelamente, ante este panorama el 80% de los españoles ha asegurado que ante esta escalada de los precios dejará de consumir. Esto tiene bastante impacto especialmente en los productos, servicios y actividades más relacionados con el ocio y el bienestar que con las necesidades básicas.
En lo que se refiere a los productos y servicios que dejarían de consumir ante este aumento de la inflación, electrónica y arte serían las primeras renuncias, con más de un 70 y un 60% de probabilidad, respectivamente. Por consiguiente, en el lado contrario están las telecomunicaciones, menos del 20% renunciaría a su móvil y a Internet y más del 30% prescindiría del vehículo optando por otro medio de transporte más económico.
Finalmente, el responsable de Behavioral Economics en The Cocktail ha concluido que “en un contexto de incertidumbre, de enfado y de preocupación, es probable que los consumidores reduzcan su consumo en ciertas categorías. Las marcas tienen que ser conscientes de esto. Esencialmente tienen dos opciones: reducir su margen de beneficio o subir el precio. Pero aparte de esto, es importante que sean coherentes en sus comunicaciones y entender el contexto emocional de a quién se están dirigiendo”.