Echo Auto es un dispositivo con factor de forma barra, similar a un banco de carga portátil, pero con el largo de un dedo (8,5 x 4,7 mm) y el ancho de una uña. Su color es negro, el aspecto muy compacto y tiene dos botones en su cara superior, una salida de audio y un puerto de carga microUSB (el antiguo) en el lateral derecho.
Echo Auto dispone de una base imantada que se ajusta a un soporte; el cual se coloca en la rejilla de ventilación frontal del coche, o allá donde los cables -que cuentan con su propia guía de sujeción- puedan conectarse al sistema de carga USB del vehículo (mechero o de serie).
Cómo se conecta Alexa Auto
Con el coche parado y el dispositivo ajustado en su sitio, caben dos formas de configuración:
La primera, mediante cable auxiliar, el habitual de Jack de 3,5 mm. Con el coche encendido, debemos seleccionar en el equipo de audio, el canal auxiliar (cada coche lo lleva configurado de una forma; muchos llevan ya sencillamente el mando de ‘media’.
A continuación, hay que vincular Alexa con el teléfono móvil; un proceso que es realmente fácil, pero no muy intuitivo, ya que a veces se nos olvida que es un terminal Echo (imagen más asociada a los altavoces del hogar). Por tanto, hay que descargar y abrir la aplicación de Alexa (Amazon), pulsar sobre el icono de añadir dispositivo (+), ir al menú de ‘Echo’ y allí optar por Echo Auto. A partir de ahí todo el fácil porque sólo hay que seguir las instrucciones en la pantalla del móvil, donde se nos recuerda con frecuencia que no podemos realizar estas operaciones mientras conducimos, salvo que seamos un pasajero. De esta forma, la marca queda exenta ante los seguros de cualquier imprudencia que se haga mientras se está al volante.
A través de Bluetooth
Si en vez del cable auxiliar optamos por la vinculación a través de Bluetooth, el proceso es a tres bandas: en el coche y en el teléfono hay que activar Bluetooth y vincular los dispositivos. A continuación, hay que abrir la app de Alexa, añadir el Echo Auto, etc. Una vez encendido, el terminal muestra una luz naranja para indicar que está en disposición de vinculación. Cuando ya está ‘escuchando’ una ráfaga de luz azul irá de un lado al otro del aparato.
Cambio de teléfono
Antes de entrar a hablar de su funcionalidad, consideramos interesante un breve apunte. Si cambiamos de teléfono móvil, hay que desvincular Alexa del mismo y para ello, lo más fácil es pulsar el botón de silenciar (izquierda) y mantener pulsado el de la derecha 15 segundos hasta que salta la luz naranja y oímos el aviso. Entonces, volvemos a empezar, pero con el móvil nuevo.
En marcha
Una vez conectado Alexa y comparado con un sistema de voz convencional de automóvil, hemos de reconocer que tanto su funcionalidad como su eficacia son mayores que los sistemas integrados, ya que nos ofrece muchos más recursos, además de los habituales de llamar a nuestros contactos, te permite conectarte con el resto de Alexas a través de Drop In (muy útil para no ocupar la línea telefónica); además, cabe realizar listas, apuntar tareas, incluir recordatorios, pedir música, escuchar podcast o incluso, en trayectos largos, jugar. Un buen ejemplo es el popular Pasapalabra, que no nos exige quitar la vista de la carretera ni las manos del volante.
Apuntes técnicos
El equipo funciona mediante ocho micrófonos sensibles y su sistema operativo corre gracias a un procesador Mediatek MT7697, un procesador de señal digital (DSP) de Intel y, según palabras del propio fabricante: “mediante Bluetooth tiene compatibilidad con el perfil de manos libres (HFP) para llamadas, con el de distribución de audio avanzada (A2DP) para la transmisión de audio, con el de control remoto de audio y vídeo (AVRCP) para sesiones multimedia, perfil de puerto serie para conectar con teléfonos Android y protocolo de accesorio iPod para conectar con iPhones”
El precio es de 59,99 euros y se puede adquirir en los distribuidores tradicionales y en tienda on line de Amazon.