Sundar Pichai nos sorprendió hace un par de días con un artículo de opinión sobre la Inteligencia Artificial. El asombro procede porque ser quien es el autor: es el jefe de Google y de la matriz de este gigante, Alphabet. Es difícil que quien está a los mandos de la mayor fábrica de publicidad y el mayor monopolio de información on line diga cosas como que "Las empresas no pueden simplemente crear nuevas tecnologías y dejar que las fuerzas del mercado decidan cómo utilizarlas". Algo con lo que estoy totalmente de acuerdo.
Pero el artículo se centraba en la Inteligencia Artificial y en la necesidad de regularla. En los dos folios, que compartieron con la prensa, recoge cómo la tecnología puede servir para hacer cosas buenas, pero también tiene su contrapartida. Y lo mismo puede suceder con la Inteligencia Artificial. Y apunta a algo que se está criticando mucho sobre China: la implantación de un sistema de reconocimiento facial en todo el país asiático. Se podrían haber puesto decenas de ejemplos más globales.
El hecho es que Google, no creo que su CEO escriba algo distinto de lo que opina la corporación, o al revés, está mostrando su interés en regular la Inteligencia Artificial. Y pone como ejemplo lo que están haciendo la Unión Europea y Estados Unidos, aunque también Google publicó en 2018 sus propios principios sobre la materia: básicamente, "orientar hacia la ética el desarrollo y el uso de la tecnología", en sus propias palabras.
La ética es también el motor de los planes de la Unión Europea, que pasan por establecer unos principios que aseguren una Inteligencia Artificial confiable y centrada en el ser humano, con un propósito ético. Básicamente, debería estar sometida a cinco principios básicos, al estilo de las Leyes de la Robótica: la Inteligencia Artificial debe hacer el bien, no hacer el mal, preservar la autonomía de los humanos, la justicia y que sus acciones sean explicables y pueda responder por ellas.
Sundar Pichai dice textualmente: "En este momento no tengo la menor duda de que la Inteligencia Artificial necesita ser regulada. Es algo demasiado importante para no intervenir. La única pregunta es cómo hacerlo".
Parece que, por una vez, lo que defiende la Unión Europea y lo que dice Google va en la misma dirección. Incluso habla de evitar los sesgos, algo en lo que hacen hincapié otros especialistas en Inteligencia Artificial como la académica de Ingeniería Nuria Oliver.
Las ventajas que puede aportar la Inteligencia Artificial, las que ya está comenzando a mostrar, son ingentes, pero está bien que se comience a reconocer que existe un lado oscuro y que sería conveniente regularla. Al menos por una vez, y por el bien de todos, escuchen a la Vieja Europa y denle vuelta en positivo a esa frase de que Estados Unidos inventa, Asia fabrica y Europa regula.
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