Los afortunados (o desafortunados) que adquirieron la consola indie en Kickstarter tendrán 13,37 dólares de compensación para gastar en la tienda, como disculpa por parte de la empresa por los problemas que hubo en su envío.
Mandos ausentes, envíos que llegaron demasiado tarde o problemas con atención al cliente son los principales motivos de queja de los “bakers”, que tenían que recibir y probar las consolas antes de que llegaran a las tiendas.
La CEO “Jukuie Uhrman” se disculpó a los “bakers” (usuarios que con crowdfunding ayudaron a financiar la consola) por la experiencia peor de lo que se esperaría de Ouya.
Hay quien dice que esta disculpa podría matar dos pájaros de un tiro, y que a la vez que calma a consumidores indignados, sirve para inflar las ventas del estudio que, por lo general, no suelen pasar de mediocres.