Un estudio en Estados Unidos advierte del problema entre usuarios que tienen la tendencia de echar una última mirada a la agenda o los correos, aunque también nos da una solución.
Está comprobado. Revisar nuestro Smartphone o tablet antes de irnos a la cama, o incluso estando ya en ella puede afectar nuestro sueño, imposibilitándonos en gran medida a conciliarlo. ¿El motivo? Los diodos emisores de luz brillante de los móviles, debido a que en habitaciones con poca luz su interacción con nuestros ojos puede afectar la producción de la melatonina, que es la hormona que ayuda a controlar el ciclo natural de sueño. Pero no hay que preocuparnos del todo, podemos solucionarlo.
La información se ha conocido esta semana gracias a los investigadores de la Clínica Mayo en Scottdale (Estados Unidos), quienes han presentado el estudio en el Congreso Anual de la Sociedad de Profesionales del Sueño en Baltimore. Allí, Lois Krahn, psiquiatra y autora del informe, ha explicado que la situación se agudiza por nuestros cambios de hábito: "Mientras que antes la gente iba a la cama y leía un libro, ahora cada vez es más frecuente que lo hagan en su 'tablet' o en el teléfono móvil".
La investigación ha arrojado como resultado que sólo cuando los dispositivos tienen el máximo de luminosidad activado afecta negativamente la conciliación del sueño. También se ven severamente afectados aquellos que no guardan una distancia de hasta 14 centímetros entre la pantalla del dispositivo y su cara, debido a que la incidencia de la luz es totalmente directa. Así, cuando utilizamos niveles medios o bajos podremos conseguir un sueño tan placentero como siempre, según la psiquiatra.
El estudio
El estudio fue realizado con una muestra de dos tabletas y un Smartphone. Estos fueron colocados en un cuarto oscuro con diferentes niveles de iluminación y los participantes fueron utilizándolos a diferentes distancias de la cara, con el fin de determinar cuál es la correcta a la que debemos utilizar los dispositivos antes de ir a la cama.
Con estas premisas los investigadores lograron determinar que a menor brillo y dispositivos con mayor distancia se obtienen mejores condiciones para el sueño.