Fabricados por empresas chinas como DroidUP y Noetix Robotics, los robots presentaban una gran variedad de diseños, con alturas comprendidas entre 1,2 y 1,8 metros, e incluso algunos lucían detalles como zapatillas deportivas, cintas en la cabeza o guantes de boxeo.
El evento, que se asemeja más a una competición de vehículos de ingeniería que a una prueba atlética convencional, contaba con equipos técnicos especializados en navegación y soporte. Varios de los modelos participantes se habían sometido a semanas de pruebas previas, y muchos requirieron el acompañamiento constante de operadores humanos que, en algunos casos, ayudaron físicamente a mantenerlos en pie o a continuar en carrera tras caídas.
Aunque algunos robots lograron completar el recorrido, otros tuvieron dificultades desde el inicio. Uno de ellos cayó en la línea de salida y permaneció varios minutos en el suelo antes de incorporarse. Otro colisionó con una valla a los pocos metros, provocando incluso la caída de su operador.
El ganador entre los robots fue Tiangong Ultra, desarrollado por el Centro de Innovación en Robótica Humanoide de Pekín. Terminó la carrera en 2 horas y 40 minutos, notablemente por detrás del tiempo del ganador humano, que registró 1 hora y 2 minutos.