Ahora, la Unión Europea va a prohibir la venta de consolas de videojuegos a Rusia. Respecto al motivo de esta medida un tanto “peculiar”, según la UNión Europea, se están utilizando en el campo de batalla.
En tres semanas (24 de febrero) se cumplirán tres años desde que este conflicto bélico tomo las armas. Con la llegada de esta fecha, la UE está barajando la entrada de un nuevo paquete de sanciones que buscan debilitar la economía rusa y su fuerza militar, según ha informado en Financial Times, Kaja Kallas, Jefa de Política Exterior de la Unión Europea.
"Aparentemente son las que están utilizando para operar drones”
En base a esto, Kallas ha explicado que están “analizando todos los tipos de productos que ayudan a Rusia a librar esta guerra, con el objetivo de incluirlos en la lista de sanciones”. Entre esos productos, se encuentran “incluso las consolas de videojuegos, ya que aparentemente son las que están utilizando para operar drones”.
En respuesta a las sanciones impuestas, Rusia se ha visto obligada a explorar alternativas creativas para continuar accediendo a tecnología. Desde marzo de 2022, los principales fabricantes de consolas como Sony, Nintendo y Microsoft suspendieron la venta de sus productos en el país. Esta nueva sanción se enfoca en otras vías de suministro, como minoristas que obtienen productos a través de canales no oficiales y vendedores de segunda mano. La preocupación principal no radica únicamente en las consolas, sino en los dispositivos que los operadores rusos utilizan para controlar drones en el campo de batalla.
Los expertos advierten que, aunque la intención es restringir el acceso a controladores de videojuegos y otros dispositivos que podrían ser modificados para operar drones de manera remota, el impacto de estas sanciones podría ser limitado. Desde el inicio del conflicto, China ha emergido como un aliado crucial de Rusia, proveyendo más de 120 millones de dólares en consolas y dispositivos relacionados en 2023, un notable aumento respecto a los 30 millones de dólares en 2022.
Además, las nuevas sanciones no se limitarán a las consolas, ya que también se incluirán productos químicos esenciales para la industria militar rusa y restricciones a las importaciones de gas natural licuado.
A pesar de las sanciones, Rusia continúa importando tecnología por diversas rutas y está invirtiendo fuertemente en su propia industria tecnológica, con la ambición de desarrollar un sector de semiconductores competitivo a nivel global. La efectividad de estas medidas aún está por verse, ya que requieren la aprobación unánime de los 27 Estados miembros de la UE, y queda la pregunta de si realmente impactarán la capacidad militar rusa o serán ineficaces como en ocasiones anteriores.