Sin embargo, con tanta innovación surgen nuevos peligros, y los expertos informáticos tienen la ardua labor de asesorar al público sobre cómo protegerse de los problemas que pueden ocasionar dichas tecnologías.
En este artículo te explicamos qué aspectos deberemos tener en cuenta para mantener la seguridad online en 2025.
La era de la IA presenta riesgos sin precedentes para los niños, que en la mayoría de los casos no son conscientes de sus peligros.
Entre las medidas que los padres pueden tomar está el uso de herramientas de control parental avanzadas en dispositivos, aplicaciones y navegadores, que restringen el acceso a contenidos inapropiados y supervisan la actividad online. Muchas plataformas ya ofrecen herramientas para personalizar lo que los niños pueden ver y hacer en internet.
Algunas aplicaciones y juguetes también utilizan chatbots basados en IA. Para evitar que mantengan conversaciones inapropiadas, es fundamental supervisar a los niños cuando interactúan con estas herramientas, así como limitar el tiempo que pasan frente a dispositivos fomentando otro tipo de actividades.
En los últimos años, el problema de la ludopatía ha cobrado mucha relevancia. Internet ofrece innumerables oportunidades para apostar, por lo que es esencial reconocer los riesgos asociados a dicha práctica, entre los que se incluyen pérdidas económicas, problemas de salud mental y adicciones.
Una forma efectiva de evitar caer en la ludopatía es optar por juegos de casino en los que no se apuesta dinero real, ya que son igual de divertidos y no ponen en riesgo tu dinero. Plataformas como Templo de Slots recopilan juegos de casino gratuitos de todo el mundo para que los usuarios puedan probarlos y descubrir cuál les gusta más.
Promover el consumo de juegos gratuitos ayuda a reducir los problemas relacionados con el juego sin tener que renunciar al entretenimiento.
La contraseña es nuestra primera línea de defensa. Lo de evitar el uso de palabras comunes, patrones predecibles o detalles fáciles de adivinar, como la fecha del cumpleaños, ya lo sabemos desde hace años.
Ahora, lo interesante es elegir contraseñas seguras que combinen letras, números y caracteres especiales. Por ejemplo, la contraseña «M@rket!ng2024» es mucho más difícil de descifrar que la contraseña «password123».
También se recomienda usar una contraseña diferente para cada cuenta. Así, si una se ve comprometida, las demás no corren peligro. Ahora bien, como hoy en día tenemos mil cuentas y mil contraseñas, lo más práctico es utilizar un administrador de contraseñas para almacenarlas de manera segura y poder acceder a todas ellas a través de una única contraseña maestra. Los administradores de contraseñas no solo mantienen tus credenciales seguras, sino que también generan contraseñas fuertes para nuevas cuentas y te protegen de los delitos cibernéticos.
Actualizar el software de manera regular es fundamental para garantizar la seguridad online. Las actualizaciones suelen incluir correcciones para evitar ataques de hackers, pero muchos nos olvidamos de instalarlas.
Acostúmbrate a instalar las actualizaciones en cuanto estén disponibles para tu sistema operativo, aplicaciones y navegadores web, aunque eso implique tener que cerrar los programas que estés usando y esperar a que el ordenador se reinicie.
Para evitar olvidos, lo mejor es habilitar las actualizaciones automáticas.
La autenticación en dos pasos aumenta la seguridad de tus cuentas. Además de la contraseña, necesitarás un segundo paso de verificación, como un código enviado al teléfono o a una aplicación.
De esta manera, aunque alguien te robe la contraseña, la autenticación en dos pasos le impedirá acceder a tu cuenta porque le solicitará el segundo paso.
Cada vez más sitios ofrecen este tipo de autenticación, por lo que vale la pena dedicar unos minutos a completar unos sencillos pasos para estar más protegido.
Cuando algo llega a internet, es muy difícil eliminarlo. Antes de publicar cualquier cosa, plantéate si el contenido puede poner en riesgo tu privacidad o reputación.
Evita compartir datos personales sensibles, como tu nombre completo, dirección o número de teléfono, por ejemplo. Ten en cuenta que podrían verlos futuros jefes, compañeros de trabajo o de universidad y cualquier desconocido.
Los estafadores y hackers pueden utilizar el nombre de tu centro de estudios o lugar de trabajo o tu fecha de cumpleaños para adivinar contraseñas o responder preguntas de seguridad. Así que piénsatelo dos veces antes de compartir información personal.
Hoy en día, hacer copias de nuestra información personal es algo fundamental. Tener una copia física de todo evitará que pierdas archivos importantes por hackeos, fallos de hardware o eliminación accidental.
Los servicios de almacenamiento en la nube como Google Drive son excelentes, pero, si quieres tener un control absoluto sobre tus datos, utiliza discos duros externos para hacer copias físicas.
Para estar protegido online no hace falta tener conocimientos avanzados ni herramientas sofisticadas; basta con seguir estos sencillos consejos. Añade estas medidas a tu rutina diaria para disfrutar de internet con mayor tranquilidad y navegar con las espaldas bien cubiertas.