Acto seguido, junto con sus pares y compañeros de reunión José María Álvarez Pallete, Christel Heydemann y Timotheus Höttges; los CEO de los mayores operadores de telecomunicaciones de Europa, exigieron del liderazgo político europeo un “New Deal” para la infraestructura digital. Una nueva manera de que los operadores de telecomunicaciones pudieran variar la estructura del mercado de forma que hechos como los señalados por della Valle pudieran dejar de repetirse.
Los pabellones de la Fira estaban siendo iluminados por 7 bandas de frecuencias 5G correspondientes a los 4 operadores móviles con espectro que existían en España
La afirmación ha resultado doblemente cierta, especialmente en el caso de España. En el mismo momento en el que los CEO daban, la que probablemente haya sido la nota de apertura más importante de la historia del MWC, los pabellones de la Fira estaban siendo iluminados por 7 bandas de frecuencias 5G correspondientes a los 4 operadores móviles con espectro que existían en España: Telefónica, Orange, Vodafone y MásMóvil, los tres primeros en las bandas de 700 MHz, y 3,5 GHz. Y, efectivamente, dentro del mundo 5G donde nos hemos adentrado, esta situación no volverá a repetirse.
De hecho, la posición de Della Valle es ahora mismo mucho menos central que en aquel momento. En menos de 1 año, Vodafone se ha deshecho de su operación en Italia, que ha sido vendida a SwissCom y se fusionará con FastWeb; acaba de obtener autorización para fusionarse con Three en Reino Unido y, de manera crucial, ha vendido su operación española a un fondo denominado Zegona.
En ese mismo periodo, Christel Heydemann consiguió cerrar la fusión de la operación española de Orange con Grupo MásMóvil para crear la nueva MASORANGE, que ahora, sin perjuicio de lo que ocurra en el futuro, es una compañía independiente del operador de origen francés.
Otra de las demandas formuladas por los CEO era que se facilitaran las consolidaciones locales. Esto está ocurriendo. El próximo febrero, cuando tenga lugar el #MWC2025, los pabellones de la Fira estarán iluminados como máximo por 3 redes: una compartida entre Telefónica y el nuevo cuarto operador con espectro, DIGI; la propia de MASORANGE y, probablemente, la operada por Vodafone España, que no tiene relación directa ya con el grupo Vodafone.
Probablemente, en el Mobile World Congress de 2026 se cuente simplemente con dos redes. El mercado móvil español ha evolucionado de estar dominado por tres de los principales operadores europeos a una situación en la que solo queda uno de ellos, Telefónica, mientras que el peso de un nuevo actor paneuropeo, Digi, no deja de crecer. Por otro lado, el nuevo líder en número de clientes, MasOrange, destaca como una compañía independiente que en un futuro podría retornar a la disciplina del grupo Orange.
La posición intermedia la ocupa Vodafone España que está tratando de reinventar de manera radical qué significa ser un operador de telecomunicaciones
La posición intermedia la ocupa Vodafone España que, junto a Zegona, está tratando de reinventar de manera radical qué significa ser un operador de telecomunicaciones. Pero estos cambios no serán suficientes. Si queremos encontrar una estructura de mercado que permita a la industria ser viable en los próximos años, si queremos escuchar esa “última llamada” que tanto Álvarez Pallete como Höttges emitieron, necesitaremos mayores transformaciones. Y estas ya están ocurriendo.
A mediados de verano se anunciaron una serie de operaciones que, recientemente, se han materializado en contratos clave para crear lo que denominamos “el triángulo de las superNetCos”. MasOrange, Telefónica y Vodafone han cerrado acuerdos estratégicos para compartir sus redes de acceso fijo de fibra. Dos de los vértices de este triángulo darán lugar a nuevas compañías que serán las propietarias de la infraestructura de FTTH.
Serán NetCos (o compañías de red) que alquilarán esa infraestructura a los operadores y abrirán su capital a nuevos grupos inversores. El tercero, entre MasOrange y Telefónica, se gestionará de forma más tradicional, mediante un contrato de alquiler a largo plazo o IRU, según la jerga del sector.
La industria española de fibra hasta el hogar y su ecosistema destacan como uno de los más sofisticados a nivel mundial
La industria española de fibra hasta el hogar y su ecosistema destacan como uno de los más sofisticados a nivel mundial, marcando un referente para Europa y el resto del mundo en la creación de estas estructuras. Una vez implementados estos cambios, la mayoría de los clientes fijos de los principales operadores de telecomunicaciones en España estarán conectados a redes propiedad de otras compañías.
En paralelo a estos movimientos, el sector de la fibra sigue avanzando en su proceso de agrupación, impulsando lo que denominamos “el reloj de la consolidación”. El rico ecosistema de operadores locales tiende a concentrarse, reorganizándose en torno a operaciones regionales que crecen en tamaño. Y los nuevos actores en la creación y propiedad de infraestructuras digitales firman acuerdos como el alcanzado entre Digi y Onivia para la venta de hasta 6 millones de unidades inmobiliarias.
¿Qué movimientos veremos en 2025 mientras la visión de los cuatro CEO toma forma? Algunas posibles tendencias:
Independientemente de todos estos movimientos, la industria de las telecomunicaciones seguirá esforzándose por ofrecer lo máximo a cada cliente y potenciar el valor de la extraordinaria infraestructura que se está desplegando para la sociedad. Esto incluirá prácticas basadas en IA que optimicen la eficiencia, simplifiquen procesos y promuevan la automatización y autonomía de las redes.
Durante 2025, veremos cómo emergen nuevas experiencias de cliente en las tiendas, junto con rediseños completos de la relación telefónica y digital. Además, las redes de telecomunicaciones se transformarán, aún más, en una herramienta clave para la descarbonización.
Actualmente, solo el 11,52% del tráfico móvil en España se cursa a través de estas redes, un valor no muy diferente del que se ve en otros países de Europa
El nuevo mundo de la 5G tarda en llegar más de lo que esperábamos en febrero de 2024. Actualmente, solo el 11,52% del tráfico móvil en España se cursa a través de estas redes, un valor no muy diferente del que se ve en otros países de Europa, pero muy lejos de China o Estados Unidos y de la nueva potencia emergente, India. Tal vez durante 2025, la industria sea capaz de empezar a imaginar para qué sirve: si se trata de una “capa adicional” de capacidad o si se convertirá en una solución a desafíos industriales con redes semiprivadas o híbridas.
Ese 27 de febrero, los cuatros CEO de los operadores de telecomunicaciones más grandes de Europa sabían que lo que iban a hacer era algo inaudito. Y actuaron en sintonía pidiendo un cambio radical. Varios meses después, todavía estamos lejos de que esos CEO encuentren un liderazgo con el que discutir de tú a tú. No obstante, los cambios ocurren a toda velocidad. Aunque tal vez no sean los que ellos habían previsto.
Autor: Joaquín Guerrero, director en Nae