La República Democrática del Congo ha presentado de manera simultánea varias denuncias penales dirigidas hacia una de las compañías tecnológicas más influyentes del planeta, Apple.
La matriz de la multinacional de la manzana y sus filiales en Francia y Bélgica han recibido acusaciones por parte del país africano que desvelan su complicidad con distintos grupos armados del país mediante la compra y posterior uso de minerales en conflicto.
Según los abogados que representan al gobierno congoleño, Apple se habría beneficiado indirectamente del comercio de estaño, tántalo, tungsteno y oro, conocidos como los minerales "3T+G", extraídos en zonas controladas por grupos armados responsables de crímenes graves en el este del país.
Las regiones mineras del este del Congo han sido devastadas durante décadas por enfrentamientos entre grupos armados y el ejército congoleño. Desde los años noventa, esta zona ha sufrido oleadas de violencia que han causado la muerte y el desplazamiento de millones de personas.
Todo esto se debe principalmente a la búsqueda de los derechos de explotación de los minerales "3T+G", los cuales se utilizan frecuentemente en productos tecnológicos como teléfonos móviles y ordenadores. Estos minerales son una de las principales fuentes de financiación para los grupos armados que operan en estas áreas.
Estos recursos se exportan a menudo de forma ilícita, con Ruanda como una de las rutas principales
A pesar del conocimiento de este conflicto, estos recursos se exportan a menudo de forma ilícita, con Ruanda como una de las rutas principales, según informes más recientes de la ONU. Por lo que la explotación minera, muchas veces realizada en condiciones precarias por trabajadores locales alimenta los conflictos y perpetúa una cadena de abusos que incluye violaciones de derechos humanos, saqueos y explotación infantil.
Ante esta realidad, los países importadores y las grandes empresas tecnológicas, Apple en esta ocasión, han sido objeto de crecientes críticas por su papel en la perpetuación de este sistema.
El gobierno congoleño señala que Apple utiliza minerales saqueados en sus dispositivos, ocultos tras esquemas de certificación poco fiables
En esta nueva acusación, el gobierno congoleño señala que Apple utiliza minerales saqueados en sus dispositivos, ocultos tras esquemas de certificación poco fiables. Las denuncias incluyen cargos por encubrimiento de crímenes de guerra, blanqueo de minerales contaminados, manejo de bienes robados y prácticas comerciales engañosas.
Estas últimas señalan a la compañía por garantizar falsamente a los consumidores que su cadena de suministro está libre de irregularidades, mientras que la República Democrática del Congo también acusa a Apple de aprovecharse de un sistema que, según expertos de Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos, perpetúa los conflictos armados en la región.
El Congo ha optado por presentar sus demandas en Francia y Bélgica como escenarios legales para estos conflictos legales debido a su marco normativo avanzado en responsabilidad corporativa.
En Francia, las acusaciones se centran en las filiales Apple France, Apple Retail France y Apple Retail Belgium, además de la empresa matriz. Bélgica, por su parte, enfrenta una responsabilidad histórica como antigua potencia colonial del Congo. Según Christophe Marchand, abogado belga que representa al gobierno congoleño, Bélgica tiene un "deber moral" de actuar y apoyar al Congo en su lucha contra el saqueo de sus recursos.
Entre las pruebas presentadas en los casos figuran informes de la ONU, declaraciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos y estudios de organizaciones de derechos humanos. Estos documentos subrayan las deficiencias de esquemas como ITSCI, un sistema de certificación utilizado por Apple y otras empresas para garantizar el origen "limpio" de los minerales.
Según el gobierno congoleño, ITSCI debería estar desacreditado por completo por permitir que minerales de zonas de conflicto se etiqueten como procedentes de áreas pacíficas, una práctica que las autoridades describen como "lavado de minerales".
La controversia pone de relieve los desafíos que enfrentan las grandes tecnológicas para garantizar que su cadena de suministro sea completamente ética. Aunque Apple ha intensificado su apoyo a comunidades afectadas por el conflicto y promueve la reutilización de materiales, los críticos argumentan que estas acciones no abordan las irregularidades sistémicas de fondo.
Apple asegura que su compromiso con la transparencia incluye auditorías regulares a sus proveedores y la publicación de los resultados. En su informe de 2023 sobre minerales de conflicto, presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), la empresa afirmó que ninguno de los refinadores de su cadena de suministro financió grupos armados en el Congo ni en países vecinos.
No obstante, la denuncia del Congo cuestiona estas afirmaciones, señalando que Apple sigue utilizando ITSCI como referencia, pese a que este esquema fue eliminado en 2022 de la lista de trazabilidad aprobada por la Iniciativa de Minerales Responsables (RMI).
Apple asegura que no adquiere minerales primarios directamente y que la mayoría de los materiales que utiliza son reciclados
Por su parte, Apple ha rechazado categóricamente las acusaciones. La compañía asegura que, desde el inicio de la escalada del conflicto en el Congo y Ruanda a principios de este año, notificó a sus proveedores que debían suspender la obtención de minerales de estas regiones.
En un comunicado reciente, Apple ha afirmado que no adquiere minerales primarios directamente y que la mayoría de los materiales que utiliza son reciclados. Además, destaca su compromiso con la sostenibilidad, la transparencia y la financiación de iniciativas para mejorar la trazabilidad de los minerales.
El caso presentado por el Congo contra Apple es el primero de su tipo en Europa, lo que podría significar que esta serie de demandas sienten un nuevo precedente significativo en la regulación de las cadenas de suministro globales.
Si se da el caso de que las autoridades judiciales en Francia y Bélgica deciden avanzar con las investigaciones, esto podría llevar a un escrutinio más riguroso de las prácticas de otras empresas tecnológicas, las cuales se sumarían a Apple como cómplices de perpetuar este conflicto.
Esta conflictiva refleja la necesidad urgente de establecer sistemas de trazabilidad verdaderamente efectivos y de exigir a las corporaciones multinacionales un mayor nivel de responsabilidad
A largo plazo, esta conflicto refleja la necesidad urgente de establecer sistemas de trazabilidad verdaderamente efectivos y de exigir a las corporaciones multinacionales un mayor nivel de responsabilidad. Mientras tanto, el este del Congo sigue siendo testigo de una crisis humanitaria impulsada en gran parte por el comercio internacional de minerales, un recordatorio constante del coste humano detrás de la tecnología moderna.
El país africano espera que las denuncias presentadas contra Apple en Europa representen un punto de inflexión en la lucha por la responsabilidad corporativa en las cadenas de suministro globales. Por otro lado, el foco global señala la compleja intersección entre el comercio de minerales y los derechos humanos, subrayando las dificultades que enfrentan las grandes empresas para garantizar prácticas éticas en contextos de alto riesgo.
Aunque Apple siga defendiendo sus esfuerzos por fomentar la trazabilidad y el uso de materiales reciclados, las acusaciones del Congo evidencian, cada vez más, las limitaciones de los sistemas actuales para prevenir el lavado de minerales en conflicto.