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Intel prejubila a su CEO y ahonda en su crisis

Pat Gelsinger, nuevo CEO de Intel
Alfonso de Castañeda | Lunes 02 de diciembre de 2024
Pat Gelsinger, CEO de Intel desde 2021, abandonará la compañía después de que el fabricante de chips haya decidido prejubilrle tras reportar pérdidas históricas y una caída del 52% en el valor de las acciones.

Pat Gelsinger, quien comenzó su carrera en Intel en 1979 y regresó como CEO en 2021, ha sido una figura clave en la historia de la empresa. Durante su mandato, ha liderado la compañía en un periodo marcado por la necesidad de adaptarse a un mercado cambiante y superar la creciente competencia de empresas como Nvidia y TSMC. El directivo centró sus esfuerzos en la revitalización de la fabricación de semiconductores y el fortalecimiento de las capacidades de diseño, al tiempo que buscaba reposicionar a Intel como un actor relevante en la industria de los procesadores avanzados.

Gelsinger ha defendido su liderazgo en Intel como "el honor de su vida"

En un comunicado, Gelsinger ha defendido su liderazgo en Intel como "el honor de su vida", destacando los logros obtenidos en innovación y la construcción de capacidades para el futuro. Sin embargo, su salida también refleja los retos significativos que enfrentó la compañía bajo su dirección.

Una transición en la cúpula directiva

Para gestionar la transición, Intel ha designado a David Zinsner, vicepresidente ejecutivo y director financiero, y Michelle Johnston Holthaus, líder del grupo Intel Products, como co-CEOs interinos.

Ambos ejecutivos cuentan con una amplia experiencia en la compañía: Zinsner, con más de 25 años en el sector tecnológico, ha desempeñado roles clave en finanzas y operaciones, mientras que Holthaus, con casi tres décadas en Intel, ha liderado divisiones estratégicas como el Client Computing Group (CCG).

Por su parte, Frank Yeary, presidente del consejo de administración, asumirá el rol de presidente ejecutivo interino durante esta etapa de transición y priorizará los grupos de productos para responder a las demandas del mercado y restaurar la confianza de los inversores.

Desafíos en el horizonte

Intel se enfrenta a una serie de desafíos estratégicos y operativos que han afectado su desempeño en los últimos años. En el tercer trimestre de 2024, la empresa ha reportado pérdidas históricas de 16.639 millones de dólares, atribuidas en parte a su apuesta por la apertura de sus fábricas a terceros. Este modelo híbrido, que combina diseño y fabricación de chips, busca diferenciar a Intel de competidores como Nvidia, que solo diseña, y TSMC, que se centra exclusivamente en la fabricación. Sin embargo, esta estrategia ha requerido inversiones significativas, afectando los resultados financieros a corto plazo.

La caída del 52% en el valor de sus acciones en lo que va del año y su exclusión del índice Dow Jones son una prueba más de sus problemas

La compañía también se ha enfrentado a dificultades en sectores clave como la inteligencia artificial y los procesadores para videojuegos, donde rivales como Nvidia han consolidado su liderazgo. Además, la caída del 52% en el valor de sus acciones en lo que va del año y su exclusión del índice Dow Jones son una prueba más de sus problemas.

En un esfuerzo por adaptarse a las nuevas realidades del mercado, Intel ha tomado medidas drásticas, como el despido del 15% de su plantilla, que equivale a unos 15.000 empleados, y la reevaluación de sus inversiones globales. En Europa, la compañía ha paralizado la mayoría de sus proyectos, con la excepción de sus operaciones en Irlanda.

Intel también ha buscado expandir su presencia en mercados estratégicos como Estados Unidos, donde ha anunciado importantes inversiones en capacidad de fabricación.

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