Huawei pide desestimar el proceso judicial en EE.UU. por acusaciones de fraude y espionaje
Huawei ha solicitado a un juez federal en Estados Unidos que desestime gran parte de la acusación en su contra por el intento de robar secretos tecnológicos de competidores estadounidenses y engañar a bancos en relación con sus operaciones en Irán.
En un encunetro en una corte de Brooklyn, Huawei ha argumentado que las acusaciones carecen de base sólida y que forman parte de una iniciativa del Departamento de Justicia de EE.UU., conocida como la "China Initiative", que, según la empresa, tiene motivaciones políticas y se centra en investigar y enjuiciar a entidades con vínculos con China.
Huawei argumenta que no existen pruebas que demuestren una conspiración para robar secretos comerciales y sostiene que varias de las actividades cuestionadas ocurrieron fuera de Estados Unidos, por lo que deberían estar fuera del alcance de la justicia estadounidense. Además, la empresa señala que las acusaciones de fraude bancario se basan en una teoría de “derecho de control”, una interpretación de fraude que el Tribunal Supremo de EE.UU. ya rechazó en un caso no relacionado el año pasado.
“La manera en que el gobierno ha abordado este caso muestra que están buscando un crimen que imputar a Huawei, en lugar de basarse en pruebas sólidas”, aseguran los representantes legales de la empresa en la presentación judicial. Huawei, que ha negado todas las acusaciones y se ha declarado no culpable, tiene programado un juicio para el 5 de enero de 2026.
Huawei sigue enfrentándose a importantes restricciones impuestas por el gobierno estadounidense que limitan su acceso a tecnología estadounidense bajo el argumento de que representa una amenaza para la seguridad nacional, una acusación que la empresa ha negado reiteradamente.
A medida que la tecnología 5G y la infraestructura digital se vuelven esenciales para la economía y la seguridad, las tensiones sobre quién liderará este sector se han intensificado. Huawei, que opera en más de 170 países y emplea a aproximadamente 207.000 personas, es uno de los mayores fabricantes de equipos de telecomunicaciones del mundo y es una de las empresas chinas más afectadas por las políticas restrictivas de EE.UU.
La decisión de desestimar o continuar con el juicio podría sentar un precedente sobre cómo se abordarán futuras disputas comerciales y tecnológicas entre ambas potencias en los próximos años.