Originalmente, se esperaba que las obras comenzaran en la primera mitad de 2023, pero la necesidad de negociar subvenciones llevó a un aplazamiento hasta el verano de 2024. Recientemente, Intel y el Gobierno alemán acordaron que la construcción no iniciará hasta mayo de 2025.
Un aspecto relevante del terreno donde se levantará la planta es que parte de él está clasificado como "suelo negro", conocido por su alta fertilidad. Este tipo de suelo debe ser removido antes de comenzar la construcción, lo que complicó aún más el cronograma inicial. La planta debería estar operativa a finales de 2027 o principios de 2028, pero este objetivo se ve amenazado por los recientes desarrollos.
Por su parte, Intel ha decidido reestructurar sus operaciones para reducir costos y mejorar su competitividad, lo que incluye posponer el inicio de la construcción de la planta hasta 2029 o 2030. Este retraso de cinco años es significativo y podría afectar tanto los planes de Intel en Europa como la estrategia del continente en el sector de semiconductores.
Finalmente, el proyecto contaba con un respaldo financiero de 10.000 millones de euros del Fondo del Clima y Transformación, pero la decisión de Intel de retrasar la construcción ha puesto en pausa la entrega de estos fondos, que podrían ser redirigidos al presupuesto federal. Esto genera incertidumbre sobre el futuro del proyecto, lo que podría llevar a nuevas negociaciones entre Intel y el Gobierno alemán. Se mantendrá a la comunidad informada sobre cualquier actualización relacionada con esta iniciativa.