El Renault Emblème, con su diseño "shooting brake" de líneas curvas, sobresale por su distintivo color de carrocería verde dicroico, que cambia de tonalidad según el ángulo de visión. Este modelo fusiona de manera armoniosa las cualidades de un vehículo familiar, con una generosa distancia entre ejes de 2,90 metros, y la elegancia de un coupé de altura moderada, con 1,52 metros y una pronunciada inclinación en el techo.
Su longitud, de 4,80 metros, lo convierte en una opción ideal para viajes familiares cómodos, con espacio suficiente para pasajeros y equipaje. Este modelo refleja el compromiso continuo de Renault por innovar en los segmentos C y superiores, en línea con su estrategia enfocada en el valor. Además, su firma luminosa, inspirada en el nuevo logotipo de la marca, le aporta un aire tecnológico y distintivo.
En términos de sostenibilidad, el peso del vehículo, un factor clave en las emisiones, ha sido optimizado gracias al enfoque de ecodiseño de Renault, logrando un peso de 1.750 kilos, incluidas las baterías. Esto lo posiciona por debajo de la mayoría de los SUV híbridos o eléctricos de tamaño similar.
El Renault Emblème incorpora un innovador motor eléctrico bi-energía, que se alimenta de dos fuentes: una batería recargable convencional para el uso diario y una pila de combustible de hidrógeno para trayectos largos. Basado en la plataforma AmpR Medium, este sistema de propulsión aloja sus componentes clave (motor eléctrico, batería, pila de combustible y depósito de hidrógeno) manteniendo un centro de gravedad bajo y un óptimo reparto de masas, lo que favorece tanto el rendimiento como la eficiencia del vehículo.
El motor eléctrico de rotor bobinado de 160 kW, libre de tierras raras, está conectado a una batería NMC de 40 kWh, más ligera, económica y compacta que las de vehículos eléctricos familiares de gran autonomía. A pesar de su tamaño reducido, el Emblème ofrece una autonomía de varios cientos de kilómetros, más que suficiente para los desplazamientos cotidianos. Para trayectos largos, la pila de combustible PEMFC de 30 kW, que funciona con hidrógeno bajo en carbono almacenado en un depósito de 2,8 kilos, proporciona la energía necesaria, alcanzando un rendimiento cercano al 60%.
Este sistema permite al Renault Emblème ofrecer una versatilidad notable, con una autonomía de hasta 1.000 kilómetros en condiciones comparables a las de un vehículo de combustión. Dos sencillos repostajes de hidrógeno, de menos de cinco minutos cada uno, son suficientes para obtener 350 kilómetros adicionales de autonomía. Según la marca, en un recorrido entre París y Marsella, el 75% de la energía consumida es generada por la pila de combustible, sin producir más emisiones que agua, lo que reafirma su apuesta por una movilidad más sostenible.
El análisis del ciclo de vida (ACV) es una herramienta científica clave para evaluar de manera cuantitativa los impactos ambientales de un vehículo a lo largo de toda su existencia, desde la extracción de materias primas hasta su reciclaje. Este enfoque, estandarizado internacionalmente y empleado por Renault Group, permite examinar cada etapa del ciclo de vida de un vehículo: producción de componentes, ensamblaje, transporte, uso, mantenimiento y disposición final. Una de las métricas más relevantes que se obtiene a través del ACV es el potencial de calentamiento global, que se mide en términos de emisiones de gases de efecto invernadero expresadas en CO2 equivalente (CO2e) por vehículo vendido. Renault Group calcula este impacto en función del consumo real de sus vehículos a lo largo de 200.000 kilómetros y, junto a Ampere, apoya la propuesta de la industria automotriz francesa de medir el impacto completo del ciclo de vida de los vehículos.
Un ejemplo de los resultados de este análisis es el Megane E-Tech 100% eléctrico, que presenta un impacto de 24 toneladas de CO2e, casi la mitad del generado por un modelo de combustible fósil equivalente, como el Captur con motor de gasolina (49 toneladas de CO2e). Esto subraya la ventaja de la movilidad 100% eléctrica en términos de emisiones de carbono. Con base en esta comparación, el proyecto Emblème tiene como objetivo alcanzar solo 5 toneladas de CO2e durante todo su ciclo de vida, lo que representaría una reducción cercana al 90% en emisiones, marcando un hito en la sostenibilidad del sector automotriz.